«Girl Picture», la finlandesa ganadora de Sundance 2022

girl picture 2022

El coming-of-age adolescente estadounidense, que es el que estamos más propensos a recibir y consumir, y por tanto al que podemos estar acostumbrados, suele venir sobrecargado de tintes de comedia, de forma que aproximarse a temas que podrían considerarse como tabúes sean presentados con un guion más llevadero que emblandezca los hechos propios del argumento, generalmente cercanos a las primeras experiencias emocionales y sexuales de los protagonistas, de manera que funcionen como feel-good movies. Si a este subgénero, consecuentemente, lo acotáramos al coming-of-age femenino, notaremos que aquella tendencia tampoco varía pues, ya sea en películas como La noche de las nerds (Olivia Wilde, 2019), Juno (Jason Reitman, 2007) y Lady Bird (Greta Gerwig, 2017), o en series como La vida sexual de las universitarias (2021), tendremos, predominantemente, producciones que se acercan a los primeros tropiezos amorosos y al desenfreno juvenil desde un ángulo bastante amigable por el registro cómico que estas mantienen.

Menciono esto ya que, al visualizar Girl Picture (Tytöt tytöt tytöt es su título original en finés, literalmente «Chicas chicas chicas»), cinta dirigida por Alli Haapasalo y ganadora del premio público en la categoría World Dramatic Cinema en el Festival de Sundance este año, me encontré, en contrapunto a este tipo de películas a las que me refería, con un coming-of-age adolescente femenino que no necesita abordar situaciones hilarantes e irreverentes para plasmar adecuadamente experiencias honestas y plenamente identificables respecto a las vivencias de tres adolescentes mujeres que están empezando a sentir y a tratar de expresar, a su manera, los problemas que atraviesan, mientras buscan refugio de estos en sus relaciones amicales y amorosas.

Aún con esta desacostumbrada (por lo menos, para mí) ausencia de comedia, pues la cinta es un drama, con guion firmado por Ilona Ahti y Daniela Hakulinen, Girl Picture nos presenta personajes con los que se hace muy fácil empatizar. En principio, tenemos a Mimmi (Aamu Milonoff) y a Rönkkö (Eleonora Kauhanen), dos amigas que trabajan juntas en un patio de comidas después de la escuela. La primera tiene notorios problemas de control de ira y sufre por el desapego que su madre tiene hacia ella, mientras que la segunda expresa inseguridades constantes que no le permiten disfrutar de sus encuentros sexuales que se vuelven cada vez más incómodos. Mimmi, por otro lado, se enamora, de forma correspondida, de Emma (Linnea Leino), quien ha vivido toda su vida enfocada en practicar patinaje artístico sobre hielo y se enfrenta a las presiones de su madre y su entrenadora para clasificar a la siguiente competencia europea. A todas ellas las acompañaremos a lo largo de tres viernes (y un sábado) mientras trabajan, salen de fiesta, practican o, sencillamente, pasan el rato.

Los lugares comunes por los que el libreto nos lleva no son escasos y hay pocas observaciones novedosas en cuestiones de relato que podamos resaltar, sin embargo Haapasalo construye un ambiente propicio para que explorar la realidad interna de las tres protagonistas sea una experiencia acogedora y satisfactoria, principalmente por la sensibilidad, aplicada en la justa medida para no caer en melodramas saturados, con la que cuida las decisiones que va tomando cada una de ellas, a pesar de que, por supuesto, puedan ser cuestionables por el propio ímpetu que es natural por la etapa que están viviendo. Así, por ejemplo, vemos que Mimmi comienza a dudar de su relación con Emma porque el trauma proveniente de la falta de afecto maternofilial le ha causado temor de ser abandonada, expresando ello mediante actitudes volátiles y violentas. Mientras tanto, Emma consigue que Mimmi sea su escape hacia conocer otras cosas diferentes a las que ha visto desde siempre, que básicamente es solo el patinaje artístico, por lo que sus problemas parten del poco control que ejerce y la falta de balance para atender diferentes dimensiones de su vida, entregándose por completo a su nueva relación. Por otro lado, Rönkko parece ser relativamente castigada ya que su arco narrativo queda algo lejano de las otras dos chicas, pero ello no significa que su trama relacionada obtenga poco rédito, pues encontramos reflexiones interesantes respecto al hecho de ser paciente respecto al conocimiento propio, así como a la conducta que tienen muchos hombres cuando una mujer quiere mostrarse empoderada de su sexualidad.

Si bien, como vemos, las tres protagonistas enfrentan problemáticas distintas, Haapasalo unifica en la envoltura un registro fresco y actual que suaviza, no por medio de la comedia como ya decía, sino desde la autenticidad de lo cotidiano todos los sucesos que atraviesan. Así es como, en línea con ello, se decanta por proyectar todo el largometraje con relación de aspecto 1,33:1, no para enclaustrar a las chicas en sus embrollos, sino para imprimir la sensación de cobijarlas en un ambiente íntimo en el que, por más que sientan que el mundo se les cae encima, sabemos que se encuentran en un lugar seguro en el que hallarán, tarde o temprano soluciones que las harán madurar y sentirse bien consigo mismas. Si bien la utilización de la paleta de colores neón vibrantes en algunas secuencias se podría asemejar a lo que Euphoria ha presentado hace no mucho, en Girl Picture estamos lejos de aquellas experiencias desagradables cercanas al abuso de sustancias, sexualidad irresponsable y descontrol general que la serie de Sam Levinson normaliza en exceso. Este entorno sin amenazas externas en el que las tres chicas se desenvuelven es un componente fundamental para entender lo que la directora desea transmitir en el sentido de que la tarea de crecer es suficiente carga para alguien que está descubriéndose a sí misma como paso imprescindible para alcanzar la estabilidad emocional.

Quizá el desenlace es lo más parecido a un coming-of-age de manual, pudiéndose haber arriesgado un giro de tuerca adicional, pero de ninguna manera esto es un fallo demasiado reprochable, pues mucho más sustanciosa termina siendo la evolución que presenciamos en cada una de las tres muchachas, además del repaso a varios tópicos emocionales tratados con la naturaleza debida, que resulta en que Girl Picture sea una experiencia refrescante y llena de sensibilidad.

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