Es evidentemente complejo escuchar a los actores tras la violencia del conflicto armado interno en el Perú. El documental “Vientos y memorias”, tercer largometraje de Heeder Soto Quispe, recoge los testimonios de los agentes de los diversos modos de terror de esos tiempos, con las preguntas del hijo de un desaparecido en dicho conflicto.
La manufactura del documental es extremadamente sencilla, con una edición escasamente trabajada, calidad de imagen dispareja, y limitadas tomas de apoyo. Los testimonios, de buen valor informativo e histórico para la construcción de las memorias colectivas, son la fortaleza de la pieza cinematográfica. Hablan exintegrantes del PCP-Sendero Luminoso y del MRTA, expolicías y agentes del estado, cada uno desde su experiencia individual de lo que fue la violencia política. A pesar de lo delicado que puede ser exponer declaraciones de este tipo, logran tratarlas con la seriedad y el tino necesarios para no ser ni apologéticos, ni tomados a la ligera. El paso de los años y la información pública sobre la cantidad de víctimas empujó a los entrevistados a admitir la gravedad de sus acciones, aunque explican que las intenciones que los guiaron estuvieron ligadas a su sentido de urgencia de justicia. Y es sórdido oír este argumento seguido de la narración de algún asesinato o acto contra los derechos humanos, especialmente en comunidades empobrecidas. Para ellos, una anécdota del pasado. Para los deudos, un dolor insondable.
¿Escuchar a los victimarios podría ser útil para dimensionar los daños y dejar de banalizar términos como ‘terrorista’ (el nefasto terruqueo) como parte de rivalidades políticas de hoy? ¿O es demasiado pronto, o incluso inadecuado escuchar a los perpetradores hablar? Se le pregunta a un antiguo policía que abandonó el servicio qué fue lo más rescatable o lo mejor de esto. Responde con toda lógica que ‘nada’. Los crímenes de SL y de las Fuerzas Armadas fueron todos de un grado de violencia descarnada que no puede minimizarse. “Vientos y memorias” podría tener mayor potencia cinematográfica con recursos empleados o distribuidos de manera más eficiente o creativa. Sin embargo, como registro para el trabajo e investigación respectivas a la memoria e historia, tiene relevancia, definitivamente.
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