A medida que se van oyendo los testimonios de los visitantes de una antigua campiña en New York, no dejo de relacionar esta película de Sébastien Lifshitz con la primera parte de Crip Camp: A Disability Revolution (2020), otro documental que de igual forma narra casi en tono inédito las experiencias inolvidables de un refugio que resulta utópico para sus parroquianos. Sucede que Casa Susanna (2022) coincide en convocar a personas en una edad mayor haciendo remembranza a un punto de concentración que les sirvió como medio de refugio, pero sobre todo como lugar de encuentro con sus iguales. La funcionalidad de este espacio a campo abierto no está lejos de ser un campamento como al que asistían los adolescentes discapacitados en los veranos de finales de la década del 60 y principios de los 70 en Crip Camp. Era el reconocimiento a una comunidad en donde no había mucha diferencia entre uno y otro miembro y, por tanto, los complejos desaparecían o perdían sentido, aquellos que ciertamente formaban parte de la rutina en ese escenario “civilizado” que dejaban atrás por algunos días. Tanto Casa Susanna como el Campamento Jened fueron iniciativas que apuntaron a respetar las necesidades básicas de grupos minoritarios, las cuales les era imposible percibir en sus respectivas cotidianidades.
Ahora, lo importante de estas dos dinámicas o lugares “fuera de la normativa oficial” es que no solo crearon un estado de confort temporal. Sendos retiros generaron en sus visitantes un impacto que logró transcender en sus vidas y, en consecuencia, los ayudó a reconocerse a sí mismos y empoderarse. Casa Susanna y Crip Camp narran historias sobre experiencias que ayudaron a personas a enfrentar a la sociedad. Era un efecto que otorgaba un sentido más complejo al hogar clandestino de travestis como al campamento de adolescentes con discapacidad. Lo que parecía ser un simple espacio de relajación o recreación, terminó siendo un escenario de terapia personal y colectiva. A propósito de lo personal, o sobre la identidad para ser más exactos, es que adicionalmente se descubre el tópico de la diversidad en el documental de Sébastien Lifshitz. El travestismo entendido como una expresión que no necesariamente está asociada a la homosexualidad, algo que la convivencia grupal logró confirmar en aquellos hombres que se vestían de mujer, pero mantenían una vida heterosexual públicamente. Casa Susanna es interesante también como un archivo histórico, sobre una sociedad acomplejada en razón a las dinámicas de opresión contra el pensamiento diverso definido desde la corporalidad.
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