La irreverencia femenina en planos cerrados
La más reciente película de la magnífica veterana del cine, Claire Denis, que hace mucho es una consagrada ícono, nos deja Fuego (Avec amour et acharnement, 2022), la adaptación de una novela de Christine Angot, y que está protagonizada por Juliette Binoche y Vincent Lindon.
Denis opta por narrarnos un momento específico en la vida de esta pareja, un momento lleno de sutilezas que son difíciles de identificar, el momento en el que el amor empieza a morir.
En contraste con los primeros minutos del largometraje, en el que vemos un episodio apasionado entre los dos protagonistas, pronto la fantasía empieza a desmoronarse al regresar a la vida cotidiana y encontrar que rastros del pasado se presentan para dañar su día a día. La ex pareja de Sara, y el ex mejor amigo de Jean, François (interpretado por Grégoire Colin) aviva el fuego en cada uno, fuego que calcina la relación en la que se encuentran.
Denis no pierde tiempo en mostrarnos la situación desde un punto de vista muy cercano a los personajes, y en esta decisión es donde vemos el porqué esta historia es distinta a las demás. Esta cercanía prioriza que los personajes, Sara y Jean, muestren emociones en su estado más puro, sin digerir, sin matizar, solo la emoción. La cineasta revela capa a capa todos los matices que nos llevan a encontrar el final de una relación, lo hace estando al lado de estos cuerpos, al lado de la euforia de Sara y los silencios de Jean.
En cuanto a construcción de personajes, nos encontramos con un cine completamente sincero, el personaje de Sara (y su interpretación por una magnífica Binoche) nos posicionan en medio de un argumento que se siente muy privado, un momento (o momentos) tan privado que el espectador empieza a incomodarse de estar percibiendo algo tan real y, por lo tanto, ridículo, vergonzoso, como ese espejo que nos muestra quienes somos en realidad, personas con emociones imperfectas, aquellas emociones que muchas veces no se ven bien. Binoche no duda y salta de la mano de Denis presentando así a una mujer real tratando de explorar su sexualidad y pasión llena de dudas pero priorizándose, algo que rara vez es visto en el audiovisual.
Más allá de mostrar a alguien errático, vale resaltar al personaje de Sara como una mujer real. Real en la manera en que discute, real en las mentiras que dice (tanto que no sabes si a su vez se está mintiendo a ella misma), y esto hace que el largometraje tome una dimensión completamente distinta a sus compañeras de género; en primer lugar, porque es la mujer la que se ve en el dilema de decidir entre dos amantes, situación que no se suele mostrar, y, en segundo lugar, porque no se le busca excusar ética o moralmente, se busca mostrar el frenetismo que la lleva a estas situaciones y cómo lo intenta sobrellevar. Una narración áspera por priorizar la honestidad a toda costa. El resultado es una gran proximidad, rara vez vista de la mano de una producción con nombres como la que esta maneja.
Cabe mencionar que este no es un tema nuevo para la directora, que viene mostrando la sexualidad femenina y su aspecto frenético ya en varios de sus más recientes largometrajes, desde «High Life», hasta su previa colaboración con Binoche en «Un sol interior».
Denis trata a su protagonista con un afecto excepcional, no juzgamos a Sara, solo la acompañamos en su viaje y de la misma manera el largometraje no es ajeno a los matices cómicos que pueden venir de la mano de la furia contenida y pasión en su versión máxima. La directora nos lo presenta sin escrúpulos y ahí reside su acierto. Denis presenta a personas de carne y hueso que, por casualidad, están en una pantalla.
La ambigüedad de las emociones, los errores de comunicación entre parejas, aquellas frases o palabras que no se llegan a decir, el aislamiento propio de verse dentro de una relación. Todo ello comunicado entre miradas, gestos, silencios. Estos son los retazos del rompecabezas de una vida humana que la directora nos propone y que nos llevan a momentos maravillosos de enfrentamiento entre dos grandes actores, Vincent Lindon y Juliette Binoche, discusiones honestas difícilmente vistas en el cine, silencios y retrocesos que nos terminan de contar sobre este preciso momento en el que algo bello muere, momento en el que no hay vuelta atrás.
Fuego, ganadora al Oso de Plata en el Festival de Berlín de este año, está actualmente en distribución en España, ojalá próximamente la veamos en plataformas y salas peruanas. La película también es conocida por su nombre alternativo, “Con amor y determinación”, una traducción literal del título original: “Avec amour et acharnement”.
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