[Festival de Rotterdam] «La sudestada» (Argentina, 2023)

Tercer largometraje coescrito y codirigido por los argentinos Daniel Casabe y Edgardo Dieleke, La sudestada (2023) se erige como film noir contemporáneo en el que los sueños y las tormentas generan un caudal narrativo variable y una atmósfera audiovisual bastante sugestiva. Adaptada de la novela gráfica homónima de Juan Sáenz Valiente, la película sigue los pasos de Jorge “El Sabueso” Villafañez, detective privado maduro y voluminoso que a su vez sigue a la bailarina veterana Elivira Schulz por encargo del esposo de esta. Lo que comienza como un trabajo cotidiano para el protagonista pronto se convierte en una obsesión erótica y emocional que lo consumirá en sus sueños y lo conducirá hacia un desenlace inesperado. 

La sudestada destila misterio y tensión desde su travelling inicial, que parte sigilosamente desde el interior de la vivienda del detective hacia un balcón desde donde se aprecia el oscuro contorno de un barrio bonaerense. Las imágenes de archivo en blanco y negro que le siguen resultan desconcertantes, sobre todo por la furia de las inundaciones y vendavales pasadas que retratan. Pero este duro contraste entre ambas secuencias es coherente con el fenómeno natural que da nombre a la obra y con el ritmo narrativo del metraje restante. Villafañez observa en la distancia y en silencio a Elvira como si fuera un grupo de nubes negras en el horizonte que inevitablemente descargan su energía cuando el voyeur decide aproximarse a su objeto de deseo. No sorprende pues que esto suceda en medio de una lluvia torrencial y tras una danza casi ceremonial por parte de una Elvira desnuda.

Pero lejos de recrear la carga melodramática de un Wilder o Hitchcock, Casabe y Dieleke aplican un tratamiento más reposado y sobrio a la película, más acorde al cine de autor latinoamericano. Este tono permite la inclusión de personajes más convencionales como los amigos de Villafañez, y alguna situación jocosa como la de la fiesta de disfraces. El propio Villafañez se presta a la autoparodia tanto por su gordura como por su nerviosismo al intentar entablar una relación con Elvira. Esta última tampoco es encasillada como femme fatale sénior y se permite ser más espontánea y astuta que el protagonista. Si bien las escenas de pesadilla del protagonista nos recuerdan la turbulencia de su misión, el resto de la película se sostiene en una forma de suspenso más dosificada.

El desenlace también desafía los parámetros del cine negro con un toque de humor surrealista y feminista que no deja de inspirar cierto aire macabro. La fotografía de Leonardo Hermo y la música de Leonardo Martinelli se complementan a la hora de generar otra capa de intriga y seducción para la película. Especialmente logradas son las secuencias de baile donde la cámara gira y baila en torno a los personajes, y que perfectamente podrían corresponderse a un plano onírico. La sudestada en ese sentido se mueve entre lo real y lo fantástico, lo urbano y lo natural, lo perturbador y lo liberador. Es una cinta que experimenta con un género cinematográfico clásico, que lo impregna de una idiosincrasia rioplatense, y que logra ofrecer una experiencia tan plácida como la brisa después de la tempestad.

Dato: La sudestada tuvo su estreno mundial en el Rotterdam International Film Festival, en la sección Big Screen Competition.