La cartelera comercial acoge esta semana el estreno del quinto largometraje en solitario de Ani Alva Helfer (Lima, 1988). «Soltera, casada, viuda, divorciada» es un road trip sobre un cuarteto de amigas en clave de comedia dramática, filmado en el puerto de Pacasmayo, protagonizado por Gianella Neyra, Katia Condos, Milene Vásquez y Patricia Portocarrero. Además cuenta con la última actuación para la pantalla grande del recordado Diego Bertie (1967 – 2022).
Conversamos a continuación con la realizadora, sobre el rodaje de su película, su relación con entregas anteriores, sus influencias y lo que viene trabajando en adelante.
Rodrigo Portales: Ani, en tu película se percibe, sin dejar de lado la comedia, un componente dramático que le da otro matiz a la historia, si la comparamos con tus largos anteriores en los que has presentado retratos e historias femeninas. En esta ocasión, ¿qué te ha llevado a desarrollarla así?
Ani Alva: Yo busco entretener a través de las emociones, la comedia la entiendo como tal, y para que esto funcione trato de buscar una verdad trabajando con los sentimientos de los personajes. Entonces, sí existe un cambio respecto a las otras películas, porque quiero empezar a contar las historias también a partir de antihéroes. Creo que esa imagen siempre está presente en mi cabeza, porque siento que es real sobre nosotros mismos: el no poder ser lo que queremos, ni lograr lo que nos proponemos, por un montón de obstáculos. Siento que es más real partir de esos personajes que poco a poco se van destruyendo para construirse con las piezas que ellos mismos van a elegir para rearmarse. Y si ahora también hay una diferencia es porque se trata de mujeres un poco más grandes. Tenía esta idea de treintonas digamos, que es mi edad más o menos, y me propuse trabajar como una edad un poco mayor sin perder el dinamismo de una comedia. Lo que buscaba era hacer un viaje físico y también emocional, para eso me parece importante que los personajes inicien partidos. Creo que esta película, o la unión de este viaje, es una excusa. Cada una está hecha mierda por separado. Acompañamos a Cecilia, una de las protagonistas, pero cada una va contando poco a poco cómo están sus vidas, que no van muy bien. Creo que hacer un multi protagónico era interesante, atender a las cuatro en el mismo estado aunque no por los mismos temas.
Rodrigo: Otro aspecto en tu película es que te tomas un respiro de Lima como locación. La capital ha sido una presencia constante en tus largos anteriores, casi una burbuja en el sentido geográfico y social inclusive. En esta ocasión ¿por qué elegiste Pacasmayo?
Ani: En las películas anteriores había un tema relacionado con el presupuesto. A veces uno va creando historias a partir de ciertos ordenamientos y esto a veces no es opcional, no es como que mañana quiera hacer una película en París y me voy para allá a grabar, tiene que ver mucho con los presupuestos. Una tía mía siempre me habló de Pacasmayo y la traía a colación con tanta nostalgia y cariño que me parecía un lugar poco o casi nada retratado en nuestro cine, pero con mucha añoranza. Entonces me parecía ya de por sí un escenario nostálgico. De hecho, apenas llegamos, encontramos construcciones coloniales, tiene una casa importante y sigue siendo el mismo Pacasmayo, no ha cambiado. Sentí que el lugar podía transmitir esa nostalgia y añoranza cuando esos personajes llegan allá. Yo no conocía Pacasmayo y lo hago a través de lo que voy escuchando y viendo, y lo elijo también porque me parecía importante la época. Quería que las cuatro amigas se vayan a un road trip, en 40 minutos estás allá. La verdad que no me parecía como algo nuevo entre comillas o socialmente como superior, digamos. Encontraba esto con una calidez que me encantó.
Rodrigo: En el grupo de las amigas identificamos dos grupos. Están las dramáticas, con Gianella Neyra (Cecilia) y Milene Vásquez (Lorena) y están las cómicas, con Patricia Portocarrero (Daniela) y Katia Condos (Conny). ¿Así lo planteaste desde el inicio?
Ani: Sí. Había que tener un balance, incluso en el carro están sentadas así como tú dices, las dramáticas y las locas, también porque me sirve para ir variando. No todas están en un mismo registro de actuación, sobre todo porque el personaje de Cecilia no podía estar con el mismo ‘edulcorante’ que las otras. Cuando una se junta con sus amigas, el primer encuentro es ¡eh! y comienzas a hablar, aunque las personalidades no son así necesariamente. Creo que mientras más identificados estén los personajes, mejor puede ser la calidad de diálogos y de conflictos.
Rodrigo: ¿Cómo trabajaste con los personajes masculinos? Teniendo en cuenta su contrapeso y matices, en comparación a tus otras películas.
Ani: Creo que los trabajé como brújula, incluso. En el momento en que hay una confrontación, cuando ellas tienen una pelea grande, cada una finalmente va a buscar a su pata, a ese que lo conoce de toda la vida. Me parecía interesante encontrar personajes masculinos que las sopesen. Si te pones a pensar, la primera parte de la película prácticamente son solo ellas cuatro, entonces había que refrescarlas. No es que yo tenga una mala onda con los hombres ni nada. En “No me digas solterona” el personaje de André Silva que acompaña a Patricia Barreto incluso le da mejores consejos que las tres amigas que están más locas, una peor que la otra. Sin embargo, acá creo que valoro mucho la amistad más allá del género. Entonces me parecía importante que existan esos personajes que te traigan a tierra. También he notado eso y cada vez quiero ir probando otro tipo de personajes. Como en la vida misma, voy creciendo y conociendo gente, y valoro mucho la amistad y la otra mirada. Tal vez sea por eso.
Rodrigo: En la película hay un duelo que se intenta superar, como un leitmotiv que se convierte en arco del relato. Y hay una presencia de la muerte a lo largo de la historia a la que se suma, de manera inconsciente, la presencia de Diego Bertie antes de su deceso. ¿Él estuvo presente en todo el rodaje?
Ani: Diego estuvo presente, lo primero que grabamos con él fue en Pacasmayo donde la película inicia y cierra, y logra estar en lo que llamamos su arco, su historia con Connie. La muerte de Diego nos sorprendió en medio del rodaje.
Rodrigo: ¿Estaban grabadas sus escenas que conformaban el entendimiento del arco?
Ani: Sí, ya estaban grabadas. No estuvo en una escena en la que estaba previsto, pero de alguna forma tuve que resolverlo, y como ya había logrado lo otro entonces te podría decir que sí, logró completar su película porque completó su arco. Si te das cuenta, la película dura lo que tiene que durar, y me hubiese gustado que estén dos más pero realmente no sé cómo.
Rodrigo: Hay una escena en particular que se siente como un tributo, es como una despedida a él. Por eso la pregunta porque quizás en el rodaje la partida de Diego obligó a cambiar los planes iniciales.
Ani: Si te das cuenta, quien toma la batuta de esa escena, quien lee esa carta que nos habla de la vida, justamente, de celebrar la vida, es el personaje de Gianella Neyra. Entonces, podría entenderse que eso era para Diego, pero también es un mensaje que le resuena a Cecilia que está justamente atravesando un duelo. Entonces, podría parecer como casual, como puntos de coincidencia con ese tema, porque en la película, estamos hablando del mejor amigo de todas y de sus cenizas. Fue muy fuerte volver a grabar. Nosotros no habíamos terminado la película y había más escenas en las que estaban las cuatro, hablando de lo mucho que querían hacer. Las escenas que Diego grabó con Katia Condos, en un parque donde él la abraza, se grabaron cuatro días antes de su muerte. Nosotros hicimos una pausa de un día porque fue un golpe muy duro para todo el equipo, sobre todo para quienes compartieron más con él, como el productor Gustavo Sánchez y Gianella que han hecho muchísimo teatro con él, también Milene con quien actuó como pareja en una telenovela, Katia era su amiga personal, Patricia también trabajó con Diego.
Rodrigo: Hablemos de la música que pertenece a Karin Zielinski, quien compone y también canta los temas.
Ani: Cuando escribo un guion, para comenzar a crear los personajes y la historia, lo primero que hago es un soundtrack. Agarro mi celular y comienzo a escuchar canciones que me van a inspirar en crearlos, en recordar algo que me pasó a mí. En el momento que tengo como un bloqueo mental, comienzo a escuchar las canciones para soltar. Por ejemplo, para el personaje de Cecilia no conocí a una viuda ni tengo una amiga viuda, pero mi hermana sí. Comencé a ver todas las entrevistas de Isabel Pantoja y “Era mi vida él” era la canción de ella que tenía en mi celular. Entonces, de alguna forma hay canciones que me sirven para inspirarme en el guion, y otras para el ritmo. Algo muy importante en una película es el ritmo. Quizás es el miedo más grande en una escritora y directora que el ritmo sea el correcto. En todas mis películas siempre me agarro mucho del pasaje musical. Siempre le pongo letra. Siento que eso conecta, que eso habla, desde el guion ya pongo esta secuencia musicalizada por tal canción que obviamente jamás voy a poder comprar porque hay canciones que cuestan 100 mil dólares como “Girls Just Want to Have Fun”, pero desde ese momento ya sé cómo la musicalizo. Cuando grabo secuencias musicales en las que solamente lloro o bailo o canto, les pongo la música a las actrices en el set. Y trabajar con Karin fue la primera vez que la hago con una mujer desde la música. Ha sido todo un reto para ella, porque quizá no está acostumbrada a ponerle tanta letra a las canciones. Tenía en la cabeza algunas cosas muy pensadas, quería esta tonalidad, por ejemplo cuando Cecilia confunde al guachimán con su marido. Ha sido chévere trabajar con ella. Siempre en mis películas busco si es protagonizada por mujeres que la cantante sea una mujer, por eso la voz de ella.
Rodrigo: En esta ocasión no llamaste a Mon Laferte…
Ani: No había tanto desamor (risas). La Montse canta el desamor, como en “Tu falta de querer”. Cuando ella rompió con su novio, vino acá a mi casa y de hecho la compuso aquí en este cuarto. Entonces le caía a pelo a la otra película («No me digas solterona»), pero esta vez no, porque no había ninguna que le pegara tanto.
Rodrigo: El guion lo escribiste con tu hermana, Sandra Alva. ¿Cómo fue ese trabajo?
Ani: Creo que de alguna forma los guionistas somos algún personaje. Con mi hermana ya nos compenetramos mucho. Obviamente yo marco la estructura técnica y con ella por lo general dialogo algunas escenas, aunque siento que la película es más idea de ella que mía, porque ella sí tuvo un grupo de amigas de verano, de la calle, es una ama de casa a veces desesperada, tiene cuatro hijos, literalmente. Las mamás se van a identificar mucho con ese personaje, como la sufre con sus pequeños encima. Obviamente eso no quiere decir que no quieras a tus hijos, que no seas feliz con tu familia. Mi hermana toda la vida quiso tener una familia grande y es la mujer más feliz del mundo. Y escribir con ella siempre me ha sido fácil, se nos van ocurriendo ideas, y he aprendido más de guion.
Rodrigo: Por otro lado, hace unos meses vimos tu colaboración en el ciclo de correspondencias fílmicas entre cineastas peruanos, un proyecto curado por Antolín Prieto que inclusive se armó en medio de la crisis política y la pandemia. ¿Qué te motivó a participar en esta propuesta que no tiene nada de comercial?
Ani: Me llamó la atención que me convocaran, de verdad, porque todos los participantes ahí vienen del cine independiente y yo era la única de cine comercial (risas). Y no es que me sienta todopoderosa, porque finalmente es hacer cine, cada uno va eligiendo la forma en que lo narra, finalmente nos dedicamos a eso. Y me decía, qué loco lo que he hecho, que nunca lo había hecho en un espacio así. Había visto la correspondencia entre las cineastas Carla Simón y Dominga Sotomayor que me ha parecido un trabajo lindísimo. En ese momento, justo venía terminando una película y viajé a Estados Unidos porque me tomé unas vacaciones para escribir esta película, y también me pareció interesante hacer ese ejercicio de las correspondencias. Creo que en las películas y trabajos que me gustan hacer, mientras más emociones y sentimientos involucren tienen más verdad, porque los seres humanos lo único de verdad que tenemos son los sentimientos. Y me gustó participar, ahí iba poniendo como mi cuota de música más comercial, una narración un poco más picada tal vez de la que mi compañera (Milagros Távara) me mandaba. Pero así soy, eso soy y me gusta contar desde ese lugar y me gustó mucho.
Rodrigo: En un momento de tus cartas dices que te gusta Isabel Coixet y también mencionas otras directoras. ¿Son referentes para tu trabajo?
Ani: Me gusta Isabel Coixet porque lo primero que vi de ella fue “Mi vida sin mí”, que me encantó, me fascinó, me abrió la cabeza, allí también está Debbie Harry, una de mis favoritas. Greta Gerwig, por su capacidad como actriz y directora. Me gusta mucho Leticia Dolera, quizás no por un cine tan cómico, va un poquito más por el drama pero con ciertos matices de comicidad y que conecta mucho con la verdad de las mujeres. Ella tiene una serie “Vida perfecta” que habla sobre la maternidad, con ese miedo de que las cosas salen imperfectas. Inés París también me gusta, es la directora española de “La noche en que mi padre mató a mi madre”, me gusta cómo dialoga, cómo puede hacer una película en una sola locación. Siempre estoy viendo mucho cine aunque a veces lo anoto porque no tengo tiempo de nada, ni para ver series. Solo veo lo que me interesa, lo que va con mis propios gustos. Hay películas que tienes que ver porque sino quedas mal (risas), pero sobre todo veo directoras que hablen de los temas que me gustan, con cierta naturalidad y verdad, que es lo que busco hacer en mi trabajo.
Laslo Rojas: Uno de los aspectos que más destacó en “No me digas solterona”, al menos para mí, fueron las secuencias del grupo de amigas. ¿Será que recibiendo ese feedback, decidiste retomar esa premisa y expandirla en toda una película? ¿Y de allí partió ese germen para tu nueva película?
Ani: Sí, buscaba ya en ese momento hacer como cuartetos, quería uno de chicas de 40, estaba pensando incluso en uno de 60, y me resultó muy fácil y a la vez retador. Es muy difícil tener ese tipo de escenas, incluso en «Solterona» las conversaciones son en una mesa, esa la hice a dos cámaras simultáneas porque me gustan ciertas libertades de improvisación, pero hasta cierto punto. Me gusta que los actores lleguen vivos a la escena, que tengan libertad de decir algo si les nace desde su personaje y con la misma confianza yo les diré: corte. Esta vez hay muchas escenas de ellas en el carro, y allí practiqué mucho el timing, o sea un solo plano con los cuatro personajes hablando. Había como cierto ensayo, les decía esta conversación tiene que salir en un minuto veinte, no te extiendas porque no llegamos, ese tipo de cosas. Esta película la he grabado después de “Medias hermanas”, de las «Solteronas», entonces quizá he llegado con un poquito más de experiencia de haber dialogado. Hay una escena que marca el clímax en esta película, justamente una pelea entre las cuatro, y me quedé contenta. Creo que el nivel actoral es un sueño. Aunque suene cliché, en cierto momento no podía creer que esté dirigiendo a estas cuatro monstruos que yo veía cuando era chiquita, he disfrutado y aprendido mucho con ellas. Cuando tienes actrices tan experimentadas estás absorbiendo justamente toda su sapiencia, su experiencia y las dejas improvisar también. Me gusta construir el personaje con ellas mismas de la mano, cada actriz es distinta. Tengo un método distinto para cada persona. Me he inventado un método, tengo un cuaderno donde voy anotando cosas que voy aprendiendo, cosas que no quiero repetir, que si quiero repetir, y tengo una estructura de cómo me conecto con el actor, que lo he resumido en cinco pasos. Y eso también hace que en las escenas de diálogo se haya ensayado o hablado tanto el personaje que al final cuajen de alguna manera positiva.
Laslo: En tu nueva películas estás explorando un poco más los elementos del drama. ¿A futuro esperas seguir trabajando en la comedia o de repente tienes en mente explorar algo abiertamente dramático, o de otros géneros?
Ani: De hecho que sí. Si vengo haciendo comedia últimamente es porque me han llamado para ese tipo de películas. Después de escribir esta, me llamó Dorian Fernández de AV Films para hacer una comedia protagonizada por mujeres en Iquitos, y bueno están las telenovelas. Ahora estoy grabando la película “Bienvenidos al paraíso” en República Dominicana, para la plataforma Disney. Estoy trabajando como nunca y eso que ya vengo haciéndolo un montón. Sin embargo, tengo escritas dos ideas que estoy consolidando más como película porque también me gustaría hacer algo más chico. De hecho, yo empecé con “El beneficio de la duda” (2015) que fue totalmente distinto, de suspenso. Me gustaría hacer una película quizá un poco más íntima que tenga algo de cómica porque así es la vida, me gusta contar historias así pero más dramedy que comedia, y algo mucho más íntimo, películas más chicas también. También quiero hacer un poco de otro género y un documental también, estaba viendo las posibilidades de financiar uno. Me encantaría hacer algo diferente, un drama bonito, no un melodrama como telenovelesco pero algo familiar, por ejemplo.
Laslo: Por último, cuéntanos de otras producciones en que vienes trabajando.
“Iquitos, isla bonita” es una comedia protagonizada por Patricia Barreto, Saskia Bernaola y Emilia Drago, que se estrena en septiembre. Son tres limeñas que hacen un viaje a esa ciudad y sin saberlo encuentran respuestas a sus vidas. Es una aventura, tiene comedia, pero también un poquito más de acción. Grabamos en lugares que no estamos acostumbrados a ver como alguna playa en Iquitos a la orilla del río, obviamente mucha selva, un mariposario, etc. Si bien son lugares turísticos, también son como no vistos normalmente, y justamente la película invita a tener esa opción de destino, muy bella por cierto, donde también encontramos personajes locales.
Sobre la película “Coquito”, todavía está en preproducción y a mediados del próximo año la grabo. Sobre “Bienvenidos al paraíso”, puedo decir que el elenco es peruano, una pareja que se va a casar y viaja a República Dominicana, donde comienza un periplo de aventuras en la que, en tono de comedia, se llega a dudar si esa boda se realizará o no. La productora es Bou Producciones («El año del tigre») con Disney.
Entrevista realizada por Rodrigo Portales y Laslo Rojas, vía video conferencia, el 16 de abril de 2023.
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