Hay personas que luchan sin descanso por encontrar un sentido para su vida. Algunas, lamentablemente, nunca descubren ese sentido. Otras sí. Stuart Long (Mark Wahlberg) atraviesa muchas pruebas hasta hallar el suyo en “Father Stu” (2022), dirigida por Rosalind Ross, quien también escribió el guion. Se podría decir que Stuart renace en cada oficio que desempeña tratando de encontrarse a sí mismo, buscando una motivación trascendente que sea la roca sobre la cual cimentar su existencia en este mundo.
Si usted, como espectador(a), como ser humano que tiene una vida que trata de sacar delante de la mejor manera, siente que ahora está en un momento difícil o álgido, donde le parece que no entiende muchas de las cosas que le ocurren, debe ver esta película. “Father Stu” es una cinta realmente inspiradora y profunda, porque nos muestra cómo se puede seguir avanzando en la vida, aunque los problemas no cesen de aparecer. Es un film que fortalece el espíritu, que nos torna más comprensivos con las personas que sufren alguna enfermedad física severa y nos da evidencias (el largometraje está basado en hechos reales) del poder de la resiliencia durante sus dos horas de duración.
El reparto exhibe un excelente nivel: Mark Wahlberg es muy convincente en su papel de Stuart Long. Le da una poderosa y notable carga dramática a su interpretación. Incluso, su transformación física (desde sus inicios como un recio boxeador hasta sus momentos finales como sacerdote ya afectado por una enfermedad degenerativa) hace recordar un poco al magnífico trabajo interpretativo que realizó Robert De Niro en “Raging Bull” (1980), cuando personificó al famoso boxeador Jake LaMotta, quien fue campeón mundial de peso mediano. Por otra parte, Mel Gibson transmite con precisión la desbordante energía negativa de su personaje Bill Long, el alcoholizado y siempre desatinado padre de Stuart. Asimismo, la australiana Jacki Weaver (como Kathleen Long) consigue ser una madre cariñosa y dura a la vez, que busca proteger a su hijo dentro de lo posible. Weaver es recordada por su gran interpretación de Dolores Solitano en “Silver Linings Playbook” (2012), que le valió su segunda nominación al Oscar.
Igualmente, la mexicana Teresa Ruiz, que trabajó con Liam Neeson en “The Marksman” (2021), le otorga a su personaje de Carmen el aura pacífica exacta. Ella es la necesaria calma frente a los Long (Stuart, Bill y Kathleen), quienes, por ratos, son bastante agresivos al hablarse y tienen conflictos familiares evidentes que no intentan disimular en ningún momento. Además, el actor británico Malcolm McDowell (recordado hasta hoy por su memorable protagónico como Alex DeLarge en “A Clockwork Orange” (1971) de Stanley Kubrick) personifica al reflexivo Monseñor Kelly, quien a pesar de su inicial desconfianza hacia Stuart termina ayudándolo para que se ordene sacerdote.
El estupendo guion de Rosalind Ross da pie a diálogos en contrapunto constante y tiene numerosos momentos emotivos, como cuando Stuart reclama a Dios por haberle dado la enfermedad degenerativa o cuando Bill asiste por fin a un grupo de ayuda para alcohólicos o cuando Stuart y su compañero seminarista Jacob van a hablar con los presos, entre muchos otros momentos. Y el hecho de que toda la segunda mitad del largometraje aborde la fuerza de la vocación religiosa de Stuart, convierte a “Father Stu” en un interesante estudio acerca del nivel de fe católica que una persona sinceramente espiritual puede alcanzar.
Finalmente, es llamativo también apreciar cómo la familia Long mantiene en sus diálogos el recuerdo del hijo fallecido Stephen (cuando tenía solo 11 años), pero en lugar de que esta ausencia genere unión entre ellos, los Long la utilizan para dañarse mutuamente. Es decir, es un duelo que no supieron aceptar y cuya herida emocional abierta se yergue sobre esta familia como una sombra que la carcome permanentemente. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades personales y familiares que afrontan los personajes, lo que más transmite este film es esperanza y verdadera fe en Dios. Y esos son dos tremendos motivos para ver “Father Stu” y dejarse contagiar por su valioso mensaje.
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