Entrevista con Miguel Barreda, director de «Redención» (2023)

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El quinto largometraje del director Miguel Barreda Delgado (Lima, 1967) se titula «Redención», una película realizada en Arequipa, que explora temáticas afines a las preocupaciones habituales del realizador: la impunidad, la injusticia, la violencia de género, deseos reprimidos y los celos. Es una historia de relaciones turbias y tóxicas en un triángulo formado por una pareja de esposos -interpretados por Tatiana Astengo y John R. Dávila- y un elemento extraño a ese hogar, una adolescente en situación de riesgo (la debutante Lucero López), quien les podría ofrecer aquello que tanto han anhelado, pero a un alto costo.

«Redención» se estrenó comercialmente en noviembre del año pasado, y este verano se presenta en la sala del CCPUCP, en San Isidro, Lima, durante una semana a partir del 2 de febrero. Con motivo de esta nueva oportunidad para ver el film, conversamos con su director a continuación. Esta entrevista ha sido editada y resumida, por motivos de longitud y claridad:

El director Miguel Barreda, junto a sus actrices Tatiana Astengo (izq.) y Lucero López, en el rodaje de «Redención».

Luis Vélez: Miguel, cuéntanos primero acerca de la elección de los actores para Redención. Para el gran público son familiares figuras como Tatiana Astengo o Hugo Salazar. Mientras que John R. Davila ya había trabajado contigo en La cantera y en Encadenados. Lucero López es más bien el descubrimiento en este film. 

Miguel Barreda: Sí, respecto a John y a Tatiana, estaba casi seguro de trabajar con ellos desde la etapa de escritura del guion. Suelo trabajar de esta manera, la mayoría de papeles protagónicos ya los tengo, o bien pensados o bien asegurados desde la etapa de redacción del guion. A Tatiana le presenté la primera versión y le gustó el personaje, le interesó encarnarlo, por eso es que ya lo afiné confiando en que ella iba a interpretarlo. Lucero aparece más tarde en el elenco, en las primeras pruebas que comenzamos a hacer con el guion, ya en una etapa avanzada de desarrollo. Yo había hecho con ella una obra de teatro en Arequipa a finales del 2019, y luego hicimos algunas pruebas precisamente para el desarrollo de la película y un cortometraje. Me sorprendió muy gratamente su trabajo, sentí que era una actriz con un potencial tremendo. No fue demasiado difícil tomar la decisión de trabajar con ella.

Hugo Salazar llegó al final al elenco principal, porque yo sinceramente no tenía demasiado claro qué actor podría interpretarlo en Arequipa. Tenía un modelo que había encontrado en el proceso de investigación y me guiaba mucho por un personaje real, uno de estos predicadores que tiene mucha presencia en redes sociales, pero esa inspiración ya se acercaba mucho a un personaje caricaturesco. No es por eso que yo haya buscado a un comediante como Hugo, sino que las pruebas que hicimos con actores en Arequipa no me convencían. Andrea Cortés, la directora de producción, me propuso contactar a Hugo porque ya lo conocía. Yo lo había seguido únicamente en su trabajo como comediante, pero hicimos una prueba que me convenció a la primera. La verdad es que Hugo me mostró una faceta que era justo la que encaja en lo que estábamos buscando. No era una caricatura de un predicador, sino era alguien que estaba siempre entre ser una persona que, si bien lucra con lo que predica, también se la cree. No es un cínico, no es un estafador. 

Yo me he sentido muy halagado por una parte, y por otra también muy tranquilo, de trabajar con este elenco, porque han sido cuatro personas con aproximaciones muy diferentes a la actuación, con trayectorias diferentes. Trabajar con alguien como Tatiana Astengo es un privilegio, porque alguien con tanta experiencia siempre aporta muchísimo a la producción y a uno como director le es muy grato poder confiar en el elenco, y poder concentrarse en vigilar que su trabajo salga bien.

Laslo Rojas: Redención gana el 2021 el premio del Concurso Regional de DAFO. ¿Nos puedes contar cómo se realizó el rodaje? En qué época se graba la película, cuánto tiempo duró, en qué locaciones de Arequipa filmaron.

MB: Sí, el proyecto Redención estaba pensado para ser filmado en la época de lluvias en Arequipa. Necesitábamos que el cielo estuviera cubierto. La atmósfera que queríamos transmitir en la película tenía esa condición meteorológica y en Arequipa eso se da entre enero y abril. Entonces, teníamos ese margen para poder coordinar la producción y nosotros tuvimos la confirmación de que habíamos recibido uno de los estímulos en septiembre de 2021. Inmediatamente nos pusimos a trabajar en la preproducción, porque si no filmábamos en el primer trimestre de 2022, hubiésemos tenido que esperar un año más. Eso tuvo sus pro y sus contras. Por supuesto, organizar una preproducción con cierta presión sobre el tiempo no es tan cómodo, pero al final también nos sirvió para disciplinarnos y organizarnos con el debido tiempo y cuidar las agendas de los actores y las actrices. Entonces, pudimos filmar en Arequipa el 2022, entre febrero y la primera semana de marzo, fueron cinco semanas de rodaje. Ha sido, en realidad, el rodaje más breve que he tenido, porque también teníamos que administrar muy bien los recursos con los que contábamos.

La película ha sido financiada únicamente con el estímulo del Ministerio de Cultura, más una inversión reducida de otros fondos privados, de 5 a 7% de la producción, más la participación de Fernando Bedoya como diseñador de sonido y que aportó parte de sus servicios de mezcla de sonido, él tiene en Arequipa uno de los pocos estudios certificados por Dolby Atmos en el Perú. Luego, la mayoría del plantel técnico ha sido también arequipeño. Nuevamente he colaborado con Leandro Pinto como director de fotografía, con quien tenemos la productora Vía Expresa, y todo su plantel de cámara y luces; también todos los demás actores secundarios y figurantes son de Arequipa.

Hemos filmado principalmente en la periferia arequipeña, en distritos como Alto Selva Alegre, Miraflores. Hay un par de tomas en el centro histórico, con las que se identifica la ciudad de Arequipa; pero sí era nuestro propósito mostrar  una ciudad con muchos declives, con muchos desniveles. Un espectador mencionó algo muy simpático respecto a la presencia incidente de escaleras en la película, cosa que está puesta de manera parcialmente consciente, porque sí es una metáfora importante de los altibajos que sufren los personajes: las subidas, las cuestas, las bajadas, los obstáculos que tienen que saltar. También nos importaba mostrarles esa periferia arequipeña que se parece mucho a la periferia de cualquier ciudad mediana o grande latinoamericana, y en la que la problemática que trata la película también se vea reflejada, porque queríamos que el fenómeno y el problema que mostramos en la película se detecte como un fenómeno propio de cualquier lugar.

LV: Sí, es una concepción de la ciudad como lugar de los hechos pero no necesariamente Arequipa como clásico telón de fondo de estampa. Lo que vemos puede ser en efecto la periferia de cualquier ciudad latinoamericana. Además, la película transcurre mayormente en interiores, como una especie de puesta teatral. ¿Cómo concibes está puesta en escena? ¿Obedece más a la escritura o a una concepción principalmente cinematográfica en su forma?

MB: La puesta en escena viene condicionada desde el guion. Casi todo lo que se ve es lo que estaba escrito, es decir, no tenemos un margen demasiado grande para la improvisación. Sí estudiamos mucho las locaciones, la ambientación de los lugares, y demoramos mucho en encontrar estas locaciones. Siempre tenemos que ver en qué medida la locación, siendo un personaje más, aporta a la película y a la vez brinda las facilidades técnicas, porque no contamos con recursos como para reconstruir casas o ambientes en estudio. Por tanto, tenemos que buscar los ambientes que encajen de la mejor manera posible dentro de lo que indica el guion.

Sobre la puesta en escena, diría que no la asocio tanto a algo teatral en cuanto a la manera en que nos movemos y mostramos los espacios, se aparta de la manera en que solemos observar una obra de teatro: siempre la cámara se está moviendo prácticamente en 360 grados, mostrando todos los espacios de la locación y a veces quedándose en algún espacio con la imagen fuera de foco mientras la acción transcurre fuera de campo. Eso es algo a lo que apostamos para que los espectadores en realidad se queden pendientes e inmersos en la trama, imaginando qué es lo que está sucediendo que no pueden ver. Con ese aspecto del lenguaje hemos trabajado en varias ocasiones y me da la sensación de que sí ha surtido efecto, porque siento que algunos espectadores salen con esa idea, de que aunque no lo he visto me he enterado de todo, aunque no han sido un testigo ocular, sí han recibido o han percibido la sensación que hemos querido transmitir. 

LV: La película aborda temas de actual relevancia, como la violencia contra la mujer, la impunidad, el fanatismo religioso. Sin embargo, creo que “Redención” va más allá, emplea estos temas como sustrato para tratar zonas oscuras de la naturaleza humana, algo que también abordaste en buena medida en La cantera. ¿Cómo construyes eso? ¿Cómo a través de los temas profundizas más allá y te metes de lleno en esos lugares oscuros de la ética y la moralidad que lamentablemente son parte de la naturaleza humana? 

MB: Bueno, son cuestiones que me preocupan y por eso las convierto en películas, porque sí siento que, como se dice, los temas lo buscan a uno, en cuanto son obsesiones. Me preocupa mucho el tema de la violencia de género, el abuso sistemático contra las mujeres y también el tema de la impunidad. El convivir con criminales no sancionados en nuestra sociedad creo que nos vuelve personas demasiado irresponsables. Irresponsables en cuanto sabemos que si cometemos un delito confiamos en que eso se va a resolver a nuestro favor. Nuestra tolerancia hacia la irresponsabilidad se ha vuelto muy grande. Eso creo que ha dañado mucho nuestra capacidad de convivencia social, nuestra posibilidad de vivir en paz, de una forma no dañina, no tóxica. Me interesa exponer también la reflexión alrededor de la violencia de género, de esta delgada línea ética que nos separa a los hombres de convertirnos en potenciales violadores. ¿Qué nos frena? ¿Qué nos impide? ¿O qué nos empuja a comportarnos de esa manera? Pensé que nuestra posición no sería la idónea como para hablar desde la perspectiva de la víctima. Aparte que corría el riesgo de revictimizar al personaje de una jovencita que ha sido víctima de violación. Entonces, más bien elijo correr el riesgo de acercarnos a la perspectiva del perpetrador. ¿Qué hay en él? ¿Qué lo motiva? Y claro, como tú dices, en esta exploración nos encontramos con todo ese paisaje, que puede ser a veces escabroso, del alma humana. 

LR: ¿Qué influencias o referencias has tenido, dentro del mismo cine peruano o en general del cine internacional, que te hayan servido durante el proceso de realización de la película?

MB: Durante el proceso de investigación y durante el trabajo de escritura del guion, conté con la precisa colaboración de Joel Calero como asesor. Fue un trabajo bastante intenso y bueno porque Joel es alguien muy inquisitivo y muy exigente. Y durante ese proceso pude ver bastantes trabajos, que no han sido una influencia directa, pero sí han intervenido en la manera de concebir la forma de plasmar el contenido. Recuerdo que estaba muy entusiasmado con una serie danesa que me recomendó Joel, que se llama Los caminos del Señor [traducción literal del título original Herrens veje], su título en castellano es Algo en que creer. Es la historia de un pastor evangélico que tiene dos hijos y está tratando de educar a uno de sus hijos para que sea su sucesor en la parroquia. Él pierde al hijo que iba a ser su sucesor y el otro, en el que no confía en absoluto, tiene que ganarse el favor del padre cuando se convierte. Esa serie nos influyó bastante. También vi una película argentina que me conmovió mucho, Invisible (2017), que plasmaba muy bien, desde la perspectiva de una joven que había quedado embarazada contra su voluntad, cómo ella trata de lidiar con el hecho de asumir lo que le ha sucedido y luego, de ver opciones de resolver ese grave problema.

Respecto a la parte técnica y puesta en escena, yo siempre miro todas las películas que están hechas en plano secuencia. Revisé más de una vez una película alemana que se llama Victoria (2015). Está hecha en un solo plano secuencia de dos horas, es una obra magistral. Uno siempre vuelve a esas fuentes para detectar o reconocer más artilugios o más cosas del oficio técnico.

LV: Leí que Redención está inspirada en casos reales. Aún así, por encima de ello, encuentro un trabajo bien interesante a nivel del guion. ¿Cómo llevas a cabo dicho proceso? ¿De qué ingredientes te nutres para escribir?

MB: Las primeras ideas para Redención surgen en el año 2018. Fue mientras yo estaba dictando un curso de dirección, y podía observar el comportamiento de adolescentes que estaban en esa etapa de la vida en que la responsabilidad y la irresponsabilidad se difuminan muy fácilmente. Esa también era una época en que se empezó a tocar con más seriedad el tema del abuso hacia las mujeres, y comencé a tomar algunos apuntes en torno a un personaje, inicialmente era uno solo. La situación de arranque siempre ha sido la misma: un hombre que encuentra a una chica en un estado determinado en la calle y la acompaña a su casa y luego abusa de ella. Y en torno a eso empecé a diseñar un guion. Yo no sabía aún que podía alcanzar para un largometraje, pero luego detecté que sí había sustancia, y después apareció el elemento religioso que también es determinante. El 2019 presenté ese primer boceto al concurso de desarrollo de proyectos de largometraje de la DAFO y felizmente ganamos uno de los estímulos. Con ese premio pude desarrollar el proyecto durante el 2020. Ese año de la pandemia ya pude escribir la versión definitiva del guion. Y pues, el confinamiento, como a muchos de nosotros, nos instauró una rutina obligada que para mi ritmo de escritura fue bastante favorable en el sentido de que carecía de distracciones. Como escritor yo siento que lo que necesito, más que un espacio determinado o un lugar, es la carencia de distracciones de comunicación, para poder investigar, leer, revisar, y evitar que la presión de la inmediatez te distraiga y te impida continuar el trabajo de manera concentrada. Entonces, a finales de 2020 ya teníamos una versión bastante avanzada del guion. Cuando ya se pudo comenzar a salir de la cuarentena, a principios de 2021, empezamos a armar el proyecto, visitar locaciones, a hacer pruebas con actores, de manera que a mediados de ese año ya teníamos una carpeta de producción bastante bien armada, con lo que nos presentamos al concurso de los estímulos para la producción.

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LR: Es interesante, porque al ver la película a mí me da la impresión incluso como si se hubiera rodado durante la época de confinamiento social, pero no ha sido así, se filmó después.

MB: Efectivamente, aunque fue cuando todavía había restricciones durante el rodaje. La mayoría de integrantes del equipo usábamos mascarilla, y aún había que mantener ciertas distancias. Hay una secuencia en el terminal de buses donde, como espacio público, todo el mundo andaba con mascarilla. Hubo una versión del guion que contemplaba la posibilidad de ambientar la trama en la época de la pandemia, del confinamiento. Pero Joel fue muy sensato en ese momento de decirme que no. Porque eso era algo coyuntural, algo que podía sentirse forzado. Además él mencionó eso porque ya sería un factor externo el que determina la convivencia entre los dos personajes, y es algo muy importante para la trama que los personajes convivan por una necesidad interna: una, por obligación y los otros por la imposibilidad de ir a otro lado.

LV: Miguel, ¿qué consideras que sea lo que vincule a tus películas? No necesariamente una temática, pero sí tal vez un hilo conductor en cuanto a preocupaciones. Recién hablábamos de aquellos lados oscuros de la naturaleza humana, por ejemplo.

MB: Sí, yo creo que por una parte hay coincidencias o recurrencias y una continuidad temática [en mis películas]. Seguro han notado, hay ideas, conceptos, que me preocupan. La impunidad, la injusticia, la búsqueda de justicia por mano propia, las relaciones de poder entre esas zonas que determinan la desigualdad, los desequilibrios. Y formalmente yo creo que sí me interesa no hacer una película que se parezca a la anterior, porque para mí sería un poco aburrido repetir una fórmula, encontrar una manera de hacer películas y repetirla ya dejaría de ser interesante dedicarme a este oficio. Siempre la mayor discusión que tenemos al momento de producir es cuál es el comportamiento que le vamos a asignar a la cámara. ¿Es una cámara que únicamente sigue a los personajes?, ¿también tiene autonomía en ciertos momentos? Si se queda con algo en la imagen o se va, ¿a qué obedece ese movimiento?, ¿a qué obedece ese punto de vista? Esa discusión sí me parece muy intensa, muy fructífera, porque luego eso se manifiesta, creo yo, en un lenguaje más o menos coherente. Ahora estoy con algunos proyectos que también van a diferir de eso, espero, confío. Vamos a ver cómo salen.

LV: A través de tu filmografía, hemos transitado por la road movie, por el retrato hagiográfico en el caso de Ana de los Ángeles, las historias entrecruzadas, el thriller, también apegos a la literatura dostoievskiana. ¿Qué género en particular te gustaría en algún momento abordar, así sea como un deseo o un anhelo?

MB: Yo a veces siento una gran necesidad de hacer una comedia. Así como Steve Buscemi decía que él había nacido para ser galán, pero la cara no le ayuda, yo siento que he nacido para comediante, pero mis guiones no me ayudan. Tengo por ahí un material que podría convertirse en una comedia, pero yo creo que es el género más complejo de todos, es muy difícil escribir un buen guion para comedia, porque el sentido del ritmo tiene que ser muy preciso, los gags tienen que estar muy bien medidos. Las que a mí me gustan son comedias de situaciones, o de humor absurdo, de humor negro, que también puede ser muy satírico, muy hiriente, hasta cierto punto. Pienso  que la risa, la comedia es para muchos el último reducto que tenemos para defendernos de la injusticia, de la ignominia, del abuso del poder. Los abusivos, los intolerantes, los genocidas no aguantan que se les ponga un espejo distorsionado adelante y que la gente se ría de ellos. Tenemos ahí un potencial tremendo con la comedia. Por eso, sí, es algo que siento que necesitaría hacer en algún momento, pero veo que también la valla es muy alta, porque es complicadísimo hacer reír bien.

Sor Ana de los angeles - Adriana Cebrian
Adriana Cebrián interpretó a Sor Ana de los Ángeles en la película que realizó Miguel Barreda el 2011.

LR: Una curiosidad: ahora que la menciona Luis, recordaba tu película sobre Sor Ana de los Ángeles, y que este año [en el 2023] se ha hecho un documental sobre ella. ¿Cómo así este personaje, esta religiosa, tiene ya dos películas? ¿A qué se debería esa importancia para los arequipeños de Sor Ana?

MB: ¡Tiene tres películas! Me sorprende muchísimo, sobre todo la fe -nunca tan bien utilizado el término- que le tienen las religiosas dominicas al cine para transmitir su mensaje. Cuando me encomendaron hacer esa película biográfica el 2011, ellas ya habían tenido una experiencia previa con otra película biográfica con la que no estaban nada satisfechas. Me mostraron el trabajo, que no lo difundían, porque era efectivamente un trabajo mal hecho, con muchísimas deficiencias. Cuando nosotros terminamos el largo, se estrenó en salas comerciales de Arequipa, y luego estuvo también en algunas plataformas, y ellas han podido difundir y vender muchísimas copias en DVD. Bueno, diez años después, parece que es un ciclo que se repite para encomendar hacer producciones de este tipo. No he visto esta película más reciente. Sé que es un documental con escenas recreadas, solo he podido ver el trailer, no puedo juzgar la película completa, desde luego. Hay una intención de tratar de elevar a la beata arequipeña a la canonización, a la calidad de santa. Es un procedimiento complejo para el que se necesita hacer mucho lobby, tener influencia en el Vaticano. Nosotros aportamos lo que pudimos en el momento en que nos lo encargaron. Para mí fue una experiencia muy enriquecedora el aprender a hacerme de contenidos ajenos para demostrar lo que sé hacer, porque también fue importante apropiarme -en el buen sentido- del contenido para entender las motivaciones de ese personaje, qué similitudes o qué vigencia tiene con la vida contemporánea y de qué forma alguien que no es necesariamente creyente pueda acercarse a un personaje de ese tipo.

LV: Quisiera conocer tu opinión sobre si existe un cine arequipeño. Como ahora estamos viendo que hay un cine de Puno, hubo un fuerte movimiento de cine ayacuchano, hay un cine del norte, ¿también consideras si existe un cine arequipeño?

MB: No creo que exista un cine arequipeño en cuanto a un estilo o una forma de hacer cine. Mira, ahora está por estrenarse la primera película de Verónica Arze, “Flor de Qantuta”, que también es una cineasta arequipeña, que ha filmado su largometraje en Puno. Luego los chicos de Dilo Corto, con el director Santiago Fierro, acaban de ganar el estímulo regional para filmar su primer largometraje, “Pedaleando alto”; entonces, en ese sentido, yo creo que también es demasiado pronto como para decir que hay un movimiento de cine arequipeño. No podríamos llamarlo movimiento porque es algo que no está articulado. En la región, y quizás está mal que lo diga yo mismo, pero hace más de diez años, cuando nosotros iniciamos a trabajar, con Ana de los Ángeles, y luego con Encadenados, proyectos a los que se acercaron muchos jóvenes que ahora ya tienen sus propias productoras, y que en cierta forma, pues también han iniciado sus carreras participando en nuestras producciones, y de cuyos talentos nosotros también ahora nos nutrimos para que colaboren con nosotros, eso sí es un movimiento que a mí me parece muy interesante y muy importante, porque en cierta forma hemos podido suplir la necesidad de muchos jóvenes que no contaban con la posibilidad de acercarse a una escuela de cine, o a espacios de formación. Siento que en Arequipa, desde los años 90, sí ha habido importantes manifestaciones de producción local, y que cada vez está evolucionando porque la nueva generación de cineastas es gente que se ha formado fuera de la ciudad, fuera del país, y les importa trabajar en Arequipa, desde Arequipa, para exponer lo que tienen que exponer.

LR: Como mencionaste anteriormente, Redención ha sido uno de los proyectos ganadores de estímulos estatales, de desarrollo y de producción. En este sentido, ¿cuál es tu opinión de la coyuntura actual? De repente se ha enfriado un poco el tema del proyecto de ley Tudela, pero sigue latente esa espada de Damocles que tenemos. No sabemos si ese PL se va a ejecutar o va a desaparecer.

MB: A mí me llama muchísimo la atención que no exista uno sino seis proyectos de ley que pretenden legislar sobre la cinematografía. No sé por qué hay de pronto ese tremendo interés por legislar sobre el cine. También me llama la atención que los promotores de varios de esos proyectos, no han buscado ningún acercamiento con los cineastas, o sea con las personas que se dedican al oficio y que lo viven día a día. En algunos proyectos de ley te das cuenta que han sido redactados por gente que no tiene ni idea de cómo se hace cine en el Perú, entonces eso me parece muy preocupante porque de cuajar un proyecto así, pues desde el desconocimiento puede causar muchísimo daño al desarrollo de la cinematografía nacional. Yo confío en que hay uno de esos proyectos que sí parece recoger muchísima de la investigación y de los contenidos que están presentes en el actual decreto de urgencia que rige la cinematografía, y que sí merece ser discutido y evaluado por la comunidad cinematográfica. Obviamente hay que mantener el sistema de fomentos, mejorarlo es fundamental porque muchos cineastas en este país contamos únicamente con ese sistema de fondos para poder hacer cierto tipo de películas, que de aquí a un par de generaciones van a quedar como el reflejo de cómo éramos en esta época.

LR: Tú, como beneficiario y también como postulante de estos estímulos, ¿en qué aspectos mejorarías las condiciones en que se trabaja actualmente en el Ministerio de Cultura y en la DAFO? Pensando puntualmente quizás en el sector del cine llamado regional, o en general, ¿qué puntos mejorarías de la actual ley?

MB: En general yo creo que hay aspectos muy perfectibles en cuanto a los estímulos vinculados a la formación. Yo soy muy muy partidario de que se pueda invertir fondos públicos en la creación de una escuela pública de cine. Claro que eso no es injerencia del Ministerio de Cultura, tiene que hacerlo el Ministerio de Educación, pero en la base legal sí podría contemplarlo. Mientras tanto, los estímulos a la formación son muy importantes. También los estímulos a la creación de nuevos públicos, la difusión, creo que podrían estar encaminados a objetivos sostenibles, a mediano y largo plazo, de las que puedan surgir reales escuelas. Asimismo, cuidar mucho el sistema de juzgamiento de los proyectos, y eso se logra con el nombramiento de jurados realmente idóneos, con una real experiencia y no únicamente y no siempre pertenecientes a nuestro propio quehacer cinematográfico. Me parece muy importante que puedan participar jurados internacionales, porque esa visión externa siempre es muy provechosa, la visión de personas que vienen con una experiencia y que no van a tener el prejuicio a favor o en contra. El proceso de descentralización de la cinematografía es también un reflejo del proceso de descentralización política y social que necesitamos, entonces esas son cosas en las que se debe tener más cuidado.

LR: Miguel, ¿cuáles serían tus próximos proyectos? ¿En qué estás trabajando?

MB: Estoy trabajando en el desarrollo de un proyecto que es la adaptación de la novela Nada que declarar, de Teresa Ruiz Rosas, que ha sido Premio Nacional de Literatura 2021 con su siguiente novela. Es un proyecto que tenemos hace tiempo con Teresa para convertir la novela en una película de animación. Estamos en ese proceso de adaptación, de encontrar un lenguaje que sea el idóneo para transmitir lo que quiere transmitir la novela. Y también hay otros proyectos de índole documental y también de ficción, pero que están en desarrollo.

LV: Felicitaciones, Miguel, por Redención, y éxitos en lo que venga. Muchas gracias.

MB: Gracias a ustedes, Luis y Laslo. Muy gentiles.

Entrevista realizada por Luis Vélez y Laslo Rojas, vía Google Meet, el 23 de noviembre del 2023.


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