Who Do I Belong To (Mé el Aïn, 2024) es un drama que explora las complejidades de temas como la identidad y la familia en un contexto de violencia social. La película, dirigida por la cineasta tunecina-canadiense Meryam Joobeur, es una expansión de su cortometraje nominado al Oscar “Brotherhood” (2018), con el cual comparte algunos actores, pero con algunas diferencias clave, como el género del protagonista.
El film sigue a Aïcha, una mujer tunecina que vive en un pueblo remoto con su marido y su hijo menor. Su vida da un vuelco cuando su hijo mayor, Mehdi, regresa a casa después de luchar para el Estado Islámico en Siria. Él aparece acompañado de su esposa Reem, una misteriosa mujer embarazada que usa un nicab (un velo que cubre completamente su rostro) y que se niega a hablar. Solo se comunica a través de una penetrante y bella mirada. El marido de Aïcha, Brahim, enfurecido culpa a Mehdi por la desaparición de su hermano menor, Amine, con quien se fue de casa para unirse al Estado Islámico. La película retrata la tensión y el conflicto que surgen dentro de la familia y el pueblo, donde empiezan a ocurrir extrañas desapariciones, mientras Aïcha intenta proteger a su hijo y a su nuera, a la vez que busca la verdad sobre lo que le pasó a Amine.
Joobeur representa los sueños y visiones de Aïcha, quien al parecer puede prever el futuro, mezclando una suerte de realismo mágico árabe con elementos fantásticos, imágenes que revelan su confusión y trauma internos. La película también utiliza simbolismos para transmitir ideas de identidad y pertenencia. Por ejemplo, las ovejas que cría la familia representarían tanto su sustento como su vulnerabilidad, ya que están constantemente amenazadas por lobos y cazadores furtivos. Por otro lado, contrasta el paisaje duro y árido del norte rural con el paisaje exuberante y colorido del sur, donde Aïcha espera encontrar a su hijo desaparecido.
La cinta presenta sin duda destacables actuaciones, especialmente la de Salha Nasraoui como Aïcha, quien carga con la mayor parte de la historia, ofreciendo una interpretación expresiva y matizada de una madre dividida entre el amor a sus hijos y el dolor por perderlos. Malek Mechergui como Mehdi y Dea Liane como Reem también interpretan papeles complejos como la joven pareja marcada por la guerra y el extremismo. Asimismo, la película se beneficia de una banda sonora inquietante y atmosférica compuesta por Peter Venne, la cual crea una constante sensación de temor y suspenso; y de la fotografía de Vincent Gonneville, quien captura la belleza y la dureza del paisaje rural tunecino.
“Who Do I Belong To” es una película que desafía al espectador a cuestionar sus propias suposiciones y prejuicios, y lo invita a empatizar con los dilemas y elecciones de los personajes. Sin embargo, la descripción que se hace de la dura y violenta realidad de la aldea en algunas secuencias llega a ser demasiado inquietante o gráfica, especialmente en las escenas que involucran tortura y hechos de sangre. La directora decide mostrar la brutalidad de la guerra y sus consecuencias, pero al hacerlo también puede alienar a quienes ya vimos suficientes “historias violentas tercermundistas”. Otra crítica que se le podría hacer a la película es que parece repetirse demasiado, sobre todo durante su último tercio, adquiriendo un ritmo lento y cansino en su representación de imágenes simbólicas que buscan subrayar el misterio alrededor del personaje de Reem.
“Who Do I Belong To” es una película que no rehuye la dura realidad de la guerra y el terrorismo, pero que también ofrece un vistazo de esperanza y humanidad en medio de esa oscuridad que son los problemas y conflictos contemporáneos que afectan a Oriente Medio y al mundo.
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