Los nuevos comienzos. El perdón, el cambio y la adaptación a lo nuevo. Estos son algunos de los temas que toca “All That We Love”, un drama bastante emotivo que debería apelar tanto a los fanáticos de los animales, como a quienes estén buscando una historia sencilla, pero muy humana. Me explico: la película comienza con la muerte del perrito de Emma (Margaret Cho), lo cual seguramente hará que más de un espectador suelte una lágrima (ciertamente me pasó a mí). Y aunque la película no trata de eso, precisamente, el recuerdo de la mascota es una presencia constante, como una suerte de símbolo de los problemas que nuestra protagonista tiene que enfrentar ahora.
Pero me adelanto un poco. Resulta que Emma vive en Los Ángeles, y tiene una relación muy cercana con su hija, Maggie (Alice Lee). Pero la muerte de su perro no es el único cambio que se avecina. Maggie está en pareja con un chico australiano llamado Nate (Devon Bostick), y ha decido mudarse, aunque sea temporalmente, a la tierra de los canguros y koalas, lo cual sorprende sobremanera a Emma. Y de pronto, también se entera de que su ex esposo y padre de su hija, Andy (Kenneth Choi) ha regresado a EE UU luego de vivir por años en Singapur… y luego de haber abandonado a su familia debido a su alcoholismo. Son todas estas novedades las que obligan a Emma a reconsiderar los rumbos que puede tomar ahora su vida.
Es así que “All That We Love” se va desarrollando como una historia íntima sobre una mujer de mediana edad, que de pronto tiene que enfrentar toda una suerte de cambios en su vida. Emma es caracterizada casi inmediatamente como alguien acostumbrada a las rutinas; alguien a quien la muerte de su perro ha afectado tanto emocionalmente como a nivel práctico, y que no le pone tanto empeño a su trabajo como antes. Por ende, todas estas novedades son como un baldazo de agua fría, y como buena persona rutinaria, se resiste a ellas. Esto resulta en escenas bastante verosímiles en las que vemos a Emma en constante conflicto, ya sea con su hija, con su recién aparecido ex esposo, o con su mejor amigo (y padrino de Maggie), Stan (Jesse Tyler Ferguson).
Resulta intrigante, además, ver cómo “All That We Love” va revelando de forma muy gradual las razones por las que Emma se separó de Andy, y las razones por las que toda la gente a su alrededor parece odiarlo —desde la misma Maggie, lógicamente, hasta el propio Andy. Pero lo que la película postula, por supuesto, es que la gente sí tiene que la capacidad de cambiar; que sin importar los errores que hayan cometido en el pasado, pueden redimirse y tratar de ser mejores personas y tratar con compasión a los demás y disculparse ante quienes dañaron. Esto resulta en algunos de los momentos más emotivos de la película, especialmente hacia el final de la historia.
Lo cual, felizmente, no quiere decir que este film sea exclusivamente una historia de redención para Andy. Todo lo contrario, de hecho puede que la narrativa trate mucho sobre el perdón, pero felizmente el director y coguionista Yen Tan se enfoca siempre en el personaje de Emma, y en cómo debe enfrentar a todas estas situaciones, dejando en claro que las acciones de todos sus personajes traen consigo ciertas consecuencias. Es así que el filme nos termina diciendo mucho, también, sobre las relaciones entre madres e hijas, las amistades duraderas, el amor y el sexo, la rutina, y el concepto de seguir adelante.
Porque si hay algo que le cuesta hacer a Emma, es precisamente eso: seguir adelante. No puede olvidar el pasado; llena su casa de fotos antiguas, le regala a Stan una foto nostálgica de su finado novio por su cumpleaños, y se reencuentra (tanto emocional como sexualmente) con Andy, más que nada, debido a los recuerdos (positivos) del pasado. Resalta una emotiva escena entre ella y Stan en la que el segundo le implora que siga adelante; que es lo que todos debemos hacer. Puede que el tema no quede en el subtexto, entonces, pero aquella falta de sutileza no hace que la experiencia sea menos potente. De hecho, ayuda a que uno empatice con el personaje de Emma, una mujer compleja, que comete muchos errores, pero que quiere mucho a quienes la rodean.
De las actuaciones ciertamente no me puedo quejar. Margaret Cho está excelente como Emma, desarrollándola como una mujer que se ha quedado estancada, que se aferra al pasado, pero también a la gente que no quiere dejar ir. Ella sabe que tiene que dejar que su hija comience una vida propia, pero desgraciadamente se niega a hacerlo, le cuesta. Por otro lado, Kenneth Choi interpreta a Andy como un hombre arrepentido, que está tratado de crecer, y que acepta los errores que cometió en el pasado. Alice Lee destaca como Maggie, Jesse Tyler Ferguson evita la mayoría de clichés de “mejor amigo gay” a la hora de interpretar a Stan, y siempre da gusto ver a Missi Pyle, quien acá hace de una compañera de trabajo de Emma que se dedica a criar y regalar perritos.
“All That We Love” termina sintiéndose como una experiencia franca, que logra centrarse en un personaje principal que se siente real, como muchas de las madres, tías, hermanas y mujeres en general que podemos conocer en la vida real. Es una película sobre una persona llena de defectos, pero que sin embargo está intentado sobrellevar sus problemas, por más de que se esté demorando o le cueste seguir adelante. Las actuaciones son todas fantásticas, el estilo de dirección es sutil pero sólido, y el componente emocional es potente, haciendo que muchos espectadores lleguen a llorar en momentos muy puntuales. Los amantes de los animales terminarán con el corazón roto luego de ver “All That We Love”, pero el resto encontrará una narrativa bien construida, protagonizada por personajes que se ven obligados a madurar, aunque parezca que ya es un poco tarde para hacerlo.
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