En la oscuridad de la noche, un hombre está recogiendo su red. Se alumbra con una linterna en la cabeza. Dentro de su canoa revolotean varios y diversos peces. El hombre rema despacio en esa oscuridad. Así inicia Karuara, la gente del río, documental que alterna su relato con narraciones mitológicas animadas, entre ellas una representación del dios Kukama originando con su arco y flecha los serpenteantes ríos de la selva peruana. Las imágenes de registro de las actividades cotidianas de los nativos kukama a orillas del Marañón dan cuenta de cómo la vida de esta comunidad, así como buena parte de su cosmogonía, se organiza en torno a los ríos, al misterio de sus profundidades y sus criaturas, a lo que se acercan con respeto.
Los kukama cantan a los peces para que aparezcan o piden la abundancia de ellos con un tributo a los espíritus de los viejos fisgas [pescadores de paiche]. Esa actitud de veneración y cuidado, esa convivencia armónica, se contrasta en este film con la actividad petrolífera y los discursos gubernamentales de progreso, los que no se condicen con la realidad de las comunidades afectas por la depredación del subsuelo. Esto es lo que el documental denuncia en sus imágenes, una afectación que no solamente contamina su medio de vida, sino también afecta el mundo de los espíritus, a una población antropomórfica que convive con los peces y demás animales debajo del agua: los karuaras. ¿Qué son? “Cuando una persona se ahoga en el río, no muere, se convierte en un karuara o gente del río, y pasa a vivir en los pueblos y ciudades que hay debajo del río. Se comunica con sus seres queridos en sueños”. La película desarrolla la concepción fantástica del pueblo Kukama que considera y promueve la importancia de reconocer al río Marañon como un ente vivo y por tanto sujeto con derechos.
Karuara, la gente del río tiene como protagonistas al pescador José Murayari y a la lideresa de Huaynakana Kamatahuara kana – la Federación indígena de mujeres kukama del Samiria y Marañon, Mariluz Canaquiri. Ambos, junto a otras personas de la comunidad, van alimentando el documental con sus relatos fantásticos que la animación complementa—algo que debo destacar es el trabajo de las transiciones que van de la animación al registro con precisión y sutileza—, siendo así, esta es una pieza didáctica que puede ser apreciada por un público amplio y es parte de un conjunto de otros medios de enseñanza-aprendizaje como el libro del mismo nombre de la película. Esta información está contenida en una página web, en la que se comenta que “cada personaje animado tiene una imagen humana en un espejo: Mari Luz es la Mujer Boa, la madre del pueblo Kukama y su tío, Don José, es el dios Kukama, o Primer Pescador. Esto subraya la naturaleza dual de las comunidades indígenas, donde la existencia es tanto física como espiritual”.
Este documental reúne piezas animadas cortas como Y así aparecieron los ríos –que tuvo un importante recorrido por festivales europeos y asiáticos—, producido por Stephanie Boyd, y dirigido por Miguel Araoz Cartagena, animador. Ahora ambos codirigen este nuevo largometraje. Vale indicar que Stephanie Boyd, realizadora canadiense radicada en Perú, tiene en su trayectoria como directora a Choropampa, el precio del oro (2002); Tambogrande, mangos, muerte, minería (2007) y Operación Diablo (2010), documentales que sirven como memorias de lucha y activismo en favor de la preservación ambiental, cultural y defensa de los derechos de pueblos originarios y sus territorios.
Karuara, la gente del río forma parte de la Competencia Peruana en el 28 Festival de Cine de Lima, que se realiza del 8 al 17 de agosto.
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