Estas las películas que, en lo personal, considero sobresalientes entre las que compiten en este año en el Festival de Lima. Antes aclaro que de los 16 filmes en el rubro de ficción, me faltan ver 3, mientras que en la categoría Documentales, vi 7 de 10 cintas. Para la evaluación de los faltantes me he guiado por los pareceres de algunos colegas de la Asociación de Prensa Cinematográfica (APRECI), con quienes nos reunimos hace unos días para intercambiar opiniones.
(Imagen de portada: Kinra, de Marco Panatonic)
Esta es mi lista de las películas que vale la pena ver, tanto en la categoría de Ficción como en la de Documentales, en el siguiente orden de preferencia personal:
1.- Kinra
2.- Reas
3.- Pepe
4.- Simón de la montaña
5.- Memorias de un cuerpo que arde
6.- El aroma del pasto recién cortado
7.- Landrián
No vista aún, pero relevante para mis colegas: Algo nuevo, algo viejo, algo prestado.
Mientras que entre las buenas añadiría:
8.- El otro hijo
9.- Ladrón de perros
No vista aún, pero mencionada por algunos críticos bajo este calificativo: Reinas.
Y entre las buenas, pero con algunas debilidades u objeciones:
10.- Baby
11.- Motel Destino
12.- Sujo
No vista aún, pero con buenos comentarios en este rubro: Historia y geografía.
En los próximos días les comparto, ya con mayor profundidad, reseñas de las que en esta lista considero –siempre de manera personal– como las mejores, y por qué. Incluiré entonces comentarios sobre las tres faltantes en la categoría ficción. Mientras tanto, aquí un adelanto:
Ficción
Empiezo con la que ha mostrado innovaciones y muy buen manejo del lenguaje audiovisual:
1.- La peruana Kinra del realizador Marco Panatonic, por su enfoque andino posmoderno e irónico, que combina estilización y autenticidad para retratar las tensiones entre conservadurismo, tradición y elementos de modernidad, con factores sociales, religiosos e intergeneracionales, en el Cusco. Hablada mayormente en quechua, con actuaciones convincentes y de gran naturalidad, además de una estructura narrativa muy original y creativa.
Sigo con las que han mostrado muy buen manejo del lenguaje cinematográfico:
2.- La dominicana Pepe de Nelson Carlo de los Santos, película inclasificable por su sobrecargada estilización para mostrar la colonialidad inherente a la formación de identidades culturales en contextos rurales de extrema pobreza, con actores no profesionales bien caracterizados, a partir de las consecuencias de la estampida de rinocerontes traídos por el famoso narcotraficante Pablo Escobar, desde el África hasta su hacienda en Colombia, todo narrado en gran medida desde el sufriente punto de vista de Pepe, uno de esos animales; entre algunas otras características igual de estrambóticas y que –advierto– no la convierten en una obra para todos los gustos.
Cinta muy controversial y que debería colocarse más abajo (entre las buenas pero con debilidades y, en este caso, excesos), pero en la que por una vez me dejo llevar solo por mi gusto personal, debido al virtuosismo de su desaforada y personalísima fantasía audiovisual.
3.- La argentina Simón de la montaña de Federico Luis, que desarrolla la inclusión (inversa) de un joven dentro de un grupo de pares con discapacidad mental, como rechazo a su entorno familiar, en un contexto urbano marginal de la sierra mendocina; evitando en el asunto de la discapacidad tanto el paternalismo como el propagandismo, pero tambaleándose entre una visión realista y un sesgo ligeramente discriminatorio, quizá inevitable en este enfoque. Destaca por una creciente intensidad dramática, casi insoportable, apoyada en un notable desempeño actoral, sobre todo del protagonista.
4.- La costarricense Memorias de un cuerpo que arde de Antonella Sudasassi, que se apoya en testimonios en off de sus tías sesentonas, los que acompañan a una actriz casi muda que casi sin salir de casa realiza labores domésticas junto al recuerdo de su vida sexual y sentimental (con apoyo de otros actores silentes con los que transita infancia, adolescencia y adultez), pero sin limitarse a ilustrar los testimonios, sino que añade información y “comenta” o contrasta lo dicho en off. Con esta notable economía (y la vez variedad) de medios (casi todo en una sola locación), la película empieza como una encantadora y vigorosa imagen de la vejez, pasa a un tramo más didáctico sobre la represión sexual para concluir con un inesperado y efectivo giro dramático.
Viene ahora un filme destacable por su buen uso del lenguaje audiovisual:
5.- La argentina El aroma del pasto recién cortado de Celina Murga, caracterizada por su estructura narrativa “en espejo” que relata las historias paralelas de desgaste matrimonial de parejas de docentes universitarios con hijos menores, sus infidelidades con alumnos y las consecuencias sutilmente diferenciales por género para la institución y el entorno familiar y social de ambos matrimonios. Destaca un tratamiento minucioso, detallado y a veces fugaz de la mirada introspectiva sobre los personajes, que nunca se ve como calculada, merced a un trabajo actoral más que solvente. Película para pasar un buen momento, pero que no trasciende más allá de su estructura narrativa de base irónica; a diferencia de otro filme –algo inferior– en esta muestra, que profundiza más (en términos dramáticos) en el asunto de la infidelidad.
Pasamos a películas buenas pero menores, es decir, de alcance más limitado (por estar más ceñidas a su tema y/o ser relativamente convencionales) en comparación con las anteriores:
6.- La colombiana El otro hijo de Juan Sebastián Quebrada, de temática juvenil en torno a un duelo por la muerte de un adolescente y las reacciones de su hermano, enamorada, amigxs y familiares (en particular, la madre), a través de casi todas las etapas del proceso. El logro de esta película es que mantiene el interés en todo momento pese a que nunca se llega a saber el motivo, aunque sí la forma, en que fallece el personaje; gracias a las acciones, reacciones, presiones, enfrentamientos, resentimientos, dudas y silencios entre el hermano sobreviviente y su entorno amical y social, a punta de primeros planos y actuaciones eficaces (de casi todos los intérpretes), con sus dosis justas de ambigüedad y finalmente aceptación. Otra película para pasar un buen rato.
7.- La boliviana El ladrón de perros de Vinko Tomičić, con la que entramos a los filmes de estructura narrativa más convencional, y que trata de la peculiar forma en que un joven escolar huérfano de madre va en busca de un progenitor. Historia narrada con una eficaz estructura dramática, en la que la modernidad andina se muestra no tanto en los mecanismos audiovisuales de construcción de sentido sino en las imágenes de los funiculares que atraviesan La Paz.
Llegamos ahora a las cintas buenas pero con debilidades, las que no limitan mucho el disfrute de sus virtudes cinematográficas. Las dos primeras son brasileñas y se caracterizan por su relativa abundancia de sexo explícito, una 100% LGTBI y la otra 95% heterosexual; lo que se explicaría –quizás– como una reacción a las políticas homofóbicas y confesionales durante el gobierno de Bolsonaro. En todo caso, ambas van más allá del sexo y presentan tratamientos interesantes bajo un enfoque narrativo lineal y relativamente convencional:
8.- Baby, de Marcelo Caetano, empieza allí donde termina El aroma del pasto recién cortado, es decir, en un contexto en el que la fidelidad de pareja ha sido superada por una relación abierta, pues se trata de una pareja de trabajadores sexuales gays; aunque luego se plantea para el joven protagonista el dilema de relación entre dos sugar daddys –uno rico, otro pobre– evidenciándose los condicionamientos sociales en el marco de una estética naturalista con altas dosis de marginalidad, sordidez y promiscuidad. Su único defecto podría ser que la construcción del personaje protagonista se extiende y difumina un poco (con historias y personajes secundarios) en relación con el citado dilema de pareja, debilitándolo. Concluye –valga la redundancia– de manera similar a la cinta argentina, pero tras un periplo emocional más intenso.
9.- Mientras que Motel Destino, de Karim Aïnouz, tiene el defecto inverso: el conflicto interno del protagonista no se desarrolla suficientemente en este filme que inicia como película de acción y deviene en un drama sentimental triangular; el que transcurre en un motel de encuentros sexuales en una carretera de la costa norte de Brasil, y con menores promiscuidad y marginalidad que la cinta anterior. Destaco el clima sórdido creado al interior del hotel con la iluminación saturada, insertos oníricos y el casi permanente audio en off de jadeos y gritos que se vuelven atosigantes; lo que transforma el placer sexual en una tortura insoportable para el protagonista, aunque insuficiente para conformar una motivación que deberá ser explicada finalmente por el personaje y no claramente expresada mediante la acción dramática.
10.- Sujo de las mexicanas Astrid Rondero y Fernanda Valadez, es un filme que muestra el mundo del sicariato juvenil en el país azteca con un enfoque relativamente intimista, inicialmente desde un punto de vista femenino (la hermana del sicario y la madre de su hijo, en un ámbito rural) y, luego, desde el punto de vista del hijo (ya convertido en joven, en espacios urbanos); evitando el solazamiento en la violencia, aunque mostrando la pobreza y marginalidad de los personajes, con una lograda fotografía (muchas veces) en penumbra y (otras) bien contrastada. Mi única objeción es el descalce estilístico entre la primera parte, con sus menciones míticas, nebulosas alusiones mágico-religiosas y fatalismo de tragedia griega, y la segunda parte, que abandona esta ruta y sigue un planteamiento casi totalmente realista; lo que, aparte de alargar el bloque inicial, resta unidad formal a toda la obra. No obstante, merece verse.
Documental
En esta categoría solo mencionaría a dos películas, una por su tratamiento y complejidad audiovisual, y la otra por la revelación de un documentalista cubano hasta ahora casi desconocido. Y luego tres filmes buenos, pero menores en sus pretensiones y alcance. Finalmente, un documental de corte antropológico, algo recargado formalmente.
1.- Reas, película argentina de la realizadora Lola Arias, quien presenta a ex presidiarixs por delitos más o menos menores, quienes representan sus propias historias en una cárcel bonaerense abandonada y convertida para la ocasión en estudio de cine; y lo hacen mediante puestas en escenas musicales de rock. Se trata de mujeres heterosexuales y un hombre y mujeres trans, que actúan solidariamente, evitando las típicas escenas sórdidas o violentas del subgénero de filmes carcelarios, así como manierismos propios concomitantes; no obstante, la dureza de sus vidas y experiencias se manifiestan de manera convincente en sus actuaciones. Una buena combinación de realismo y estilización.
2.- Landrián, de Ernesto Daranas, recupera la figura del documentalista, fotógrafo y pintor afrocubano Nicolás Guillén Landrián, sobrino del famoso poeta, cuyas obras están siendo recuperadas de los archivos del ICAIC, en La Habana. La parte biográfica está realizada bajo el punto de vista de su viuda Grettel Alfonso, mientras que lo relacionado a su obra fílmica cuenta con la participación de su director de fotografía Livio Delgado. El filme menciona que Guillén Landrián fue encarcelado en dos oportunidades, diagnosticado de esquizofrenia y sometido a internamientos en clínicas siquiátricas y electroshocks en Cuba, antes de partir al exilio en Miami. Aunque con vacíos, esta película se une a otras que, en los últimos años y con el recambio generacional en la isla, pasan revista crítica a los años en que Cuba se alineó formalmente con la entonces Unión Soviética.
3.- La fabulosa máquina de cosechar oro, filme chileno de Alfredo Pourailly de la Plaza, quien acompaña a un sexagenario y aparentemente último buscador de oro en los agrestes páramos de Tierra de Fuego, cuyo hijo empleará varios años en fabricar una máquina que le permita a su padre aliviar las penalidades de su jornada diaria; las que mientras tanto se exhiben a lo largo del documental; junto con las peripecias del diseño y construcción del armatoste, así como de los quebrantos en la salud del veterano protagonista. Destaca también por la filosofía de vida del protagonista.
4.- El archivo bastardo de la peruana Marianela Vega, quien se apoya en las películas caseras hechas por su padre para, por contraste, ir mencionando hitos en el gradual desmoronamiento del grupo familiar y sus problemas de salud con la vista; apelando a la sugerencia y los silencios (más de los deseables, me temo), en un intento por reconstruir la imagen paterna.
5.- Partió de mí un barco llevándome, sugerente título del filme de la argentina Cecilia Kang, quien recupera sus raíces coreanas, mostrando el choque cultural y las diferencias entre su vida en Buenos Aires y la de su hermano y familia en Corea del Sur. Al mismo tiempo, descubre, narra y participa de actos para recordar la memoria de las mujeres coreanas (y de otros lugares de Asia) víctimas de la esclavitud sexual por parte del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial; mostrando cómo los temas de memoria histórica permanecen, se heredan y hasta se recuperan generación tras generación.
6.- La caída del cielo de lxs brasileñxs Eryk Rocha y Gabriela Carneiro da Cunha, en colaboración con el pueblo Yanomami, despliega el relato tradicional de un chamán y líder del citado pueblo sobre los serios problemas que enfrentan los pueblos indígenas ante la penetración de la minería ilegal y la depredación del entorno natural en sus territorios. Su principal virtud es el magistral trabajo de sonido ambiental. De sumo interés sobre todo para antropólogos, ecologistas y –me temo– unos pocos más.
Realidad y ficción
Viene al caso señalar que, dentro de las películas aquí brevemente reseñadas, hay algunas en las que de difuminan un poco los límites entre la ficción y el documental; y están entre las mejores del Festival. Así, por ejemplo, tanto Kinra como Pepe incorporan en alguna medida a sus historias ficticias elementos de la realidad, a través del uso de actores no profesionales representando –en la primera de las mencionadas– su propia vida cotidiana (lo que no es nada fácil, por cierto). Y, viceversa, en el documental Reas las ex presidiarias narran sus historias pero lo hacen recurriendo a puestas en escena teatrales y musicales, como parte de una puesta en escena cinematográfica, con un guion narrativamente consistente; es decir, incorporando técnicas de la ficción. En estos casos, no se sabe con precisión qué y cuánto es ficción o documental.
Avisos de servicio público
Hay algunas películas que podrían resultar un fiasco para ciertos espectadores o incluso para el público en general, y que paso a señalar:
1.- Los hiperbóreos, de los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña, típica cinta de festival, con un despliegue de recursos gráficos espectacular, creativo y muy atractivo, filmada íntegramente en un estudio presentado como tal (un poco a la manera teatral), con escenografías propias de cintas de ciencia ficción y de terror; varios son títeres gigantes y con el recurso al stop motion y otros efectos entretenidos. A cargo de una misma actriz, con el apoyo puntual de unos tres o cuatro secundarios, con el objetivo de satirizar al escritor chileno Miguel Serrano, propagador de delirantes teorías conspirativas sobre Hitler y el nazismo. Lamentablemente, la narrativa no queda clara en absoluto y así lo reconocen incluso algunos que alaban la película. En lo personal, me parece importante que se toquen estos temas, pero con un tratamiento distinto (no limitado a la sátira o incluso no satíricas). De interés para los amantes del arte gráfico, caricaturistas, diseñadores gráficos, teatreros, escenógrafos y similares; además de cinéfilos aventureros o curiosos.
2.- La mujer salvaje del cubano Alán Gonzales, un melodrama en torno a un personaje compuesto de contradicciones notorias, un objetivo incongruente y un desenlace poco verosímil con los que intenta crear un relato no convencional, entre otros componentes poco felices; lo que no se sostiene pese a los esfuerzos profesionales de la actriz protagonista.
3.- Carropasajero de los colombianos Juan Pablo Polanco y César Alejandro Jaimes, documental con una historia conmovedora pero tratada como un sedativo a la vena.
Espero les haya sido útil este recuento y recomendaciones. ¿Quieren saber más? En los siguientes días voy a ampliar algunas de estas breves reseñas. Me pueden seguir en:
- Mi sitio web “El rincón de Beteta”, sección “Beteta Ve Cine”.
- Mi canal de YouTube “Beteta en Video”.
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