Festival de Lima: entrevista con Marcelo Caetano, director de «Baby»

Baby film brasil 2024

“Tenemos que crear imágenes para el futuro”

El cineasta brasileño Marcelo Caetano estrenó en 2017 Corpo Elétrico y su más reciente obra, Baby fue parte de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2024. Actualmente, esta película participa de la Competencia Latinoamericana de ficción del 28 Festival de Cine de Lima. En una sala del centro cultural de esta universidad se llevó a cabo la presente entrevista, realizada por encargo del blog Fotograma Gourmet. Pueden leerla a continuación:

Marcelo Caetano, cineasta brasileño, director de Baby (2024)

¿Cómo nace Baby? ¿La historia nace de una experiencia tuya, cercana, o algo que has visto en las calles de Sao Paulo?

La película nace de experiencias mías, escribir y trabajar el guion tomó casi siete años, entonces se fue alejando de esas situaciones personales. Muchas otras cosas fueron entrando, nuevas temáticas. Mucho de la sociedad brasileña cambió en esos siete años, con el gobierno de Bolsonaro y la derecha, la pandemia. Entonces la película fue cambiando mucho. Se alejó bastante de esa intención personal del principio, pero al mismo tiempo, como estoy filmando en la región donde vivo, Sao Paulo, hay muchas cosas de la gente que conozco, de mis amigos, de mis vecinos, de mis amantes. Es una película que guarda un poco de algo personal, pero no es una historia que he vivido. De todos modos, para mí es muy difícil hablar de cosas muy lejanas de mi experiencia. Me encanta la gente que logra hacerlo, pero yo no me veo rodando una película de fantasía, una película que sea tan distinta de mi universo personal. Prefiero algo que sea más fiel a las cosas que vivo.

Mencionas a Bolsonaro, quien ganó las elecciones antes de pandemia y estableció un gobierno ultraconservador de extrema derecha. ¿Esta película reacciona a la represión de aquellos años? ¿Crees que en Brasil hay lugar para un cine queer?

La sociedad brasileña está muy dividida en este momento, por lo mismo que Bolsonaro perdió las elecciones. Las cuestiones de identidad sexual, de género, de comunidad, las leyes que protegen a la gente LGBT+ están en disputa, en conflicto. Y como perdió las elecciones estos temas son movilizados por la extrema derecha para atacar a las personas queer. Es muy importante que la gente que hace cine queer continúe haciéndolo. Antes del gobierno de Bolsonaro había un fondo del estado para financiar series LGBT+ y la primera cosa que hizo ese gobierno fue cancelarlo. Hay una cosa muy intencional en la película y es mostrar resistencia a eso, las cosas han cambiado con el gobierno de Lula, pero esas cuestiones siguen en disputa. No solo en Brasil, sino en Perú también, en otros países de Latinoamérica, hasta Europa. Aún no hemos ganado nada. Creo que la película es una reacción a ese gobierno: para hacer la película tomamos siete años, cosa que no sucede con realizadores que hacen películas con personajes heterosexuales. Tuvimos que conseguir fondos internacionales en Países Bajos y Francia. Seguimos viviendo esa dialéctica y creo que la película reflexiona un poco sobre eso, habla sobre un país que tiene una libertad muy grande en relación al cuerpo, al amor, a la sexualidad, pero al mismo tiempo es el país que más personas transexuales asesina en el mundo. Algo pasa en Brasil que es muy difícil de comprender y creo que Baby tiene ciertos elementos que hablan sobre eso.

Baby brasil 2024

Algo que me gustó mucho de la película fue la ausencia de homofobia. Está ‘Baby’ con sus amigos y sus amantes, pero en ningún momento veo -y me alegra eso- que lo discriminen, que lo insulten, que le peguen. Al revés: siempre está con sus amigos y es todo alegre, una fiesta.

Hay una expectativa de mucha gente que va a ver películas LGBT+ un poco fatalista, mórbida, de ver a los personajes muertos, que sufran mucho. Pero yo les decía a los actores todo el tiempo: estamos hablando de personas que viven en condiciones muy precarias, pero no pueden ser consideradas víctimas, sino luchadores. Hay que pensar la película como una batalla, como resistencia. Por ejemplo, el ball en la película, el voguing, es como el boxeo. Uno más masculino y otro más femenino, pero son dos rutas, dos combates, dos personas que se enfrentan simbólicamente a través de la danza. Para mí es más importante tratar a esa gente como revolucionaria que como víctima, no me sensibiliza más eso. No veo películas de sufrimiento de personas LGBT+, de personas negras. No me encanta ver eso, me gusta ver a esta gente como revolucionaria.

Este enfrentamiento es la escena final donde primero boxean y luego bailan. Es algo alegre, se sigue viviendo la fiesta. ¿La decisión de que ‘Baby’ termine encontrando su familia en los chicos del ball es una representación también de estos tiempos donde la gente es más libre?

Para mí se trata de pensar en familias alternativas. Es importante que la película muestre que hay muchas otras formas de vida familiar que la común de papá, mamá e hijos. Entonces hay familias de dos lesbianas en la película, de la expareja de Ronaldo que es bisexual, ‘Baby’ tiene a sus amigos y más. Y justamente la familia de ‘Baby’ que es tradicional con su padre policía y su madre peluquera, es la más problemática y la más apartada. Es una que no está preparada para convivir con las diferencias. Entonces eso es lo más relevante en temas de reflexión sobre las familias en la película. 

Esto de no exponer el sufrimiento de personas queer lo traduces en no mostrar la vida anterior de ‘Baby’, por qué lo meten a la cárcel o su vida allí, sino lo vemos a partir de cuando sale y acaba su adolescencia, ahí lo presentas al mundo. 

Tenemos lindas películas que muestran eso [la adolescencia queer], Moonlight (2016) es una y creo que eso ya se hizo. Ahora tenemos que pensar otras formas de narrativa y así como hablamos de prejuicio, de cárcel, de homofobia, creemos imágenes para el futuro, para nuevas generaciones con otras exposiciones a estas temáticas. No creo que ahora la gente va a regresar al estado de derecho de veinte años atrás. El progreso de cómo se percibe la homosexualidad, la transexualidad, va a ser más aceptable y tenemos que pensar imágenes que sean más fuertes en temas de cambio social en situaciones sencillas. Tengo que hablar de homofobia, de discriminación, pero no mostrarla directamente, sino lo que el personaje se inventa para salir de esa situación. 

Al inicio tenemos esta intensa escena del cine donde hay bastante sexo y parece el infierno con las luces rojas. Luego ese erotismo va decayendo durante toda la película. ¿Es parte del tránsito de madurez del personaje en el cual inicia muy lascivo y después se da cuenta que no es tan importante como al principio?

Sí. Esa percepción es interesante porque creo que mucha gente lo hace en la madurez: el sexo cambia de función narrativa en nuestras vidas. Son otros vínculos que se van creando. Una cosa que es cada vez más fuerte entre los dos personajes es la ternura. Es importante ver estos momentos; si uno está enfermo el otro lo cuida, le prepara una sopa y viceversa. Hay una entrada cada vez más intensa de ternura y preocupación, y el sexo va perdiendo un poco su importancia para los dos personajes. 

Baby marcelo caetano 2024

Claro, porque si bien Ronaldo es su amante, también es la familia que ‘Baby’ andaba buscando y que encuentra en el camino, lejos de su familia original.

Creo que es muy revolucionario mostrar la ternura entre dos hombres. En el cine queer es costumbre mostrar la masculinidad, la virilidad, la fuerza, el sexo, el sudor… Esas imágenes no son románticas porque no creo en el romanticismo, es una broma y una invención muy mala, pero la ternura es revolucionaria. Por ejemplo, cuando es el cumpleaños de ‘Baby’ y Ronaldo como sorpresa lo lleva a visitar a su familia que vive lejos, es un asunto de ternura, de cuidado. Puedo perder a la persona que quiero, pero lo hago porque es importante para él. Estos movimientos que no son de conquista sexual, sino de enseñanza y protección hacia el otro, creo que son mucho más fuertes que las cosas sexuales y violentas que la película muestra. Se mezcla todo eso, porque Ronaldo no solo protege a ‘Baby’, también es violento con él. Pero para mí era vital tener estos momentos de ternura, porque es algo que no se espera.

Conviene que sea violento y tierno porque le da más dimensiones al personaje, ¿no? Creo que esta ternura de la que hablas se muestra al inicio y al final. Cuando van a tener sexo por primera vez, Ronaldo le mira las cicatrices y desiste, se acurrucan. Es un buen giro. Y al final, en este epílogo donde se encuentran en el transporte público, uno podría esperar reclamos y llantos, pero no pasa. Es un cierre tierno.

Esa escena de las cicatrices tiene una tensión erótica muy fuerte, pero en el momento que Ronaldo empieza a comprender que ese cuerpo ha sufrido mucha violencia, ha necesitado mucha protección, esa tensión cambia. Hay una persona frágil que necesita un abrazo, cariño, ternura, no necesita sexo. Es importante tener ese anticlímax, así como es importante ver que en la siguiente escena los dos se prostituyen. Hay otra escena relevante cuando ‘Baby’ recibe a un cliente y es algo gráfico, fuerte, pero hablan de pasiones y sentimiento. Esa dialéctica, esa confrontación entre lo viril y sexual ante lo más protegido e interno es lo que busca discutir la película. 

Hablando de esta ternura, cuando Ronaldo está lesionado y ‘Baby’ lo cuida me acordé inevitablemente de Happy Together de Wong Kar-wai. ¿Qué películas rodean a Baby?

Happy Together fue una película muy importante para mí. Cuando era muy joven tenía una comunidad de cinéfilos y hacíamos un cineclub. Teníamos que llevar una película para discutir y fui a buscar una en VHS. Encontré Happy Together, la llevé con mi grupo de amigos y todos me dijeron que era una película gay. Les dije: “sí, creo que yo también soy gay.” Fue una película significativa en términos personales.

De autodescubrimiento…

Sí. Yo ya sabía que era gay, pero fue la primera vez que veía un cine sobre dos hombres gays muy sexual, que comunicaba mucho.

Un cine donde te encontraste como espectador.

Lo que más me encantó fue que era una película muy universal: mis amigos, todos heterosexuales de 18, 19 años, la encontraron increíble. Y fue increíble para alguien que quería hacer cine ver una película como esa. Dos filmes que también fueron importantes para mi en estos momentos de descubrimiento de identidad son La ley del deseo (1987) de Pedro Almodóvar, creo que es una película que marcó todas las que yo hice, y una de Karim Aïnouz que se llama Madame Satã (2002). Esas tres cintas fueron muy importantes. Sobre mi idea de amor, familia, pareja, soy muy fassbinderiano, soy agridulce y seco. Creo que el amor es un poco más trágico, pero Happy Together formidable.

Retratas un amor trágico, menos idealizado, no tan bonito, sino que hay tristeza y dolor.

Sí, pero en cuanto a colores, a maneras de pensar la cámara, trato de pensar en Jacques Demy. Para mí, mi película debe tener mucha música, baile, es una forma de hacer un musical sin la estructura tradicional de estos. No es Demy, pero hay una inspiración muy fuerte. Son las películas que más veo cuando estoy filmando. Cuando grababa Baby, llegaba a casa y veía Les demoiselles de Rochefort (1967), Les parapluies de Cherbourg (1964); eran mi distracción, pero también mi inspiración. La escena final de Baby está muy cerca de la escena final de Les parapluies… 

Después de todo, hay un reencuentro y pareciera que las cosas van a estar bien.

La vida sigue. Infelizmente no nos vamos a quedar con la persona que más amamos. El amor, la pasión era tan intensa que es imposible controlarla. No es humano vivir por tanto tiempo con tanta intensidad.

Pero te quedas con los momentos buenos, que es algo que nos dice este flashback final.

Si, porque es una lección, un aprendizaje de Wong Kar-wai, cómo filmar a alguien viajando por su memoria, cómo producir recuerdos. Es algo que me encanta de su cine porque sus personajes siempre se están acordando de algo, como en In the Mood for Love (2000).

Entrevista realizada por Gustavo Vegas Aguinaga, el 9 de agosto de 2024 en el CCPUCP, San Isidro, Lima.


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