Festival de Venecia: “Trois amies” (2024), de Emmanuel Mouret

Trois amies

Desde el enigmático y encantador inicio, la comedia dramática Trois amies (Francia, 2024) seduce e intriga al mismo tiempo. La voz del narrador acompaña las imágenes y nos presenta los lugares en los que se va a desarrollar la historia (tales como escuelas, casas o parques), y luego a las protagonistas, que son tres amigas. El narrador también confiesa que es uno de los personajes y, aunque sea uno secundario, un evento que lo involucra causa un efecto dominó en las vidas de las tres mujeres.

Como hacía en Las cosas que decimos, las cosas que hacemos y Crónica de una relación pasajera, el extraordinario cineasta francés Emmanuel Mouret explora en Trois amies las relaciones sentimentales de un grupo de adultos, pero en esta ocasión pone especial énfasis en los personajes femeninos, cada una de las cuales representa un tipo de relación distinta: la mujer casada que ya no está enamorada de su esposo, la mujer que se lleva bien con su pareja pero que empieza a coquetear con la idea de tener un affaire y la mujer soltera que sale a escondidas con un hombre casado.

Como es habitual en la obra de Mouret, son evidentes las influencias y referencias a la filmografía de Éric Rohmer y Woody Allen, teniendo en este caso incluso similitudes estructurales con Hannah y sus hermanas, que también tenía tres protagonistas femeninas atravesando diversos enredos sentimentales. Sin embargo, aunque se inspira en ambos maestros, Mouret tiene su propio estilo, para conducir una puesta en escena siempre fluida y dinámica, así como para escribir diálogos agridulces, melancólicos o punzantes. 

Las tres protagonistas, Camille Cottin, Sara Forestier e India Hair, están notables en sus respectivos retratos del enamoramiento, la ilusión, la decepción, la frustración, la melancolía y la añoranza de un amor imposible, ya sea porque no es correspondido o porque la persona amada está ausente. Asimismo, la forma en la cual las subtramas románticas se entrelazan permite que la película muestre esos momentos de catarsis y complicidad femenina que surgen cuando cada una les confía a sus amigas sus dilemas amorosos.

En un rol secundario, el actor Vincent Magaigne, colaborador habitual de Mouret, resulta conmovedor y entrañable en su doble rol de hombre devastado que sufre por el desamor de su esposa y de narrador que nos conduce con cautela y sabiduría por los laberintos sentimentales que atraviesan las tres protagonistas.

Trois amies continúa esa búsqueda que ha emprendido Emmauel Mouret en sus películas anteriores, al navegar con maestría las azarosas aguas del amor y el deseo, mostrando cómo pueden llegar a ser compartimentos separados en una pareja adulta, mientras se asoma en el horizonte la tentación de obtener nuevas manifestaciones de amor o deseo hacia otras personas. Sin juzgar jamás a sus personajes, Mouret filma quizás mejor que ningún otro cineasta en la actualidad las complejidades de las relaciones sentimentales de una forma que resulta genuina, cercana y vibrante.


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