Un interés permanente de las diferentes culturas del mundo es explicar el origen de la humanidad en sus propios términos. Al respecto, el pueblo kukama tiene una concepción mitológica muy interesante y relacionada con el agua, la cual podemos descubrir con claridad en el profundo documental Karuara, la gente del río (2024), dirigido por la canadiense Stephanie Boyd y el peruano Miguel Aráoz Cartagena (quienes también son los guionistas, junto con Leonardo Tello Imaina).
A través de la historia de la familia de la señora Mariluz Canaquiri Murayari, presidenta de una federación de mujeres indígenas kukama, vamos enterándonos, progresivamente, sobre cómo esa etnia percibe a la naturaleza (la íntima conexión y dependencia que sostienen con ella), cómo desdramatizan el significado de la muerte entre sus pobladores (dejan entender que es un simple paso hacia otra dimensión, ven muchas veces a los muertos en sueños y conversan con ellos o los escuchan hablarles), cuáles son las expectativas que tienen para el futuro de sus habitantes más jóvenes y cuánto desconfían de la incursión del gobierno de turno (en el documental se escucha a Martín Vizcarra defender a la industria minera y de hidrocarburos en un discurso televisado) y las empresas petroleras en su zona geográfica, porque representan un serio peligro para su existencia como comunidad amazónica.
Hay muchas cosas positivas que destacar de este documental. Una es la descripción de la historia generacional de Mariluz, a través de los testimonios de varios de sus familiares. Otra es el estupendo trabajo de animación que tiene (que recuerda, en algunos momentos, a los animes japoneses de la década de 1980 y también a las cintas francesas La planète sauvage (1973) o Les escargots (1966), por la forma pausada de moverse de los personajes, aunque las temáticas son completamente distintas). Si bien el 80% de la película es material filmado directamente a las declaraciones y las acciones de la comunidad kukama, el restante es material audiovisual animado y captura merecidamente la atención del espectador. Tiene un vuelo artístico de considerable nivel. Aparecen criaturas fantásticas y coloridas, seres antropomorfos salidos de una(s) mente(s) muy creativa(s) y amazónicas. Son los karuaras mencionados en el título del documental, seres que viven debajo del río Marañón, conformando una especie de civilización paralela. O, como describía con mayor precisión Mariluz Canaquiri: “Los karuaras son gente del agua, que viven en el agua, es otro mundo” y agrega ella misma que “tenemos familiares dentro del agua”.
Esa fascinante cosmogonía amazónica es compartida por los demás pobladores que son entrevistados en el documental. Pero no es este un trabajo fílmico que solamente busca ensalzar el lado místico de esa comunidad. Sería un error verlo así. También apreciamos las innegables carencias en temas de educación, salud y transporte que hay en la zona.
Por otra parte, las historias que cuentan los pobladores acerca de su vida cotidiana, permiten que comprendamos de inmediato que, si bien los kukama entienden que les faltan muchas cosas materiales y logísticas en su entorno, sí tienen perfectamente claro que le deben agradecimiento y respeto a su medio ambiente, del cual no se consideran ni dueños ni consumidores, sino que, más bien, conviven con él, pidiéndole permiso -de forma permanente- por lo que hacen dentro de él. Por ese importante motivo, tratan de solicitar legalmente que se reconozca al río Marañón como un sujeto de derechos, como un ser viviente, así como lo son ellos. Ya no quieren que lo sigan contaminando con petróleo ni destruyendo, siendo los kukama un pueblo fundamentalmente de pescadores.
En el reciente Festival de Cine de Lima, Karuara, la gente del río recibió dos distinciones en la competencia peruana: Mejor Película y el Premio del Público. Esta cinta es capaz de mostrarnos la tremenda belleza paisajística de la selva mediante una cuidada fotografía, así como también las costumbres y creencias ancestrales de los kukama. Esperamos que prosiga su andar en muchos festivales más, para que reciba un mayor reconocimiento internacional y se difunda su valiosa propuesta documental, la cual busca visibilizar a un pueblo que intenta proteger su cultura, su armónico modo de vida con la naturaleza, su propia y pura manera de ser peruanos.
Deja una respuesta