Una de las producciones más emblemáticas de la historia del cine peruano filmada en la Amazonía, Bajo el sol de Loreto (1936), realizada por el pionero Antonio Wong Rengifo, se presentó por primera vez en décadas, en versión restaurada en Le Giornate del cinema muto di Pordenone, en Italia, el más grande y más importante festival internacional dedicado exclusivamente al cine silente.
Esto ha sido posible gracias al valioso trabajo de reconstrucción a cargo del Archivo Peruano de Imagen y Sonido ARCHI, de Irela Núñez del Pozo, Mario Lucioni y Armando Luque Vergara, un minucioso proceso que aun continuará incluyendo una reimpresión de la película en soporte de 35 mm. Para esto contarán además con la ayuda del Ministerio de Cultura, a través del estímulo para Proyectos de Preservación Audiovisual que ARCHI obtuvo el 2021. Debido a la precariedad con que se conservó el material original, por ahora solo fue posible rescatar 39 minutos del largometraje.
Es importante mencionar también que hasta la fecha se solía referir a este film como «la primera película en colores en formato largo hecha en la Amazonía peruana». Sin embargo, Irela Núñez nos comenta que «no encontró evidencia de tinturas ni de virajes en el fragmento positivo. La reconstrucción ha utilizado sobre todo fragmentos en negativo original, en blanco y negro«. Los fotogramas de la película que ilustran esta nota así lo demuestran.
Por lo pronto, Irela nos comenta que a continuación planean hacer una copia en 16 mm del material restaurado para difundirlo en las comunidades amazónicas y en Lima. Seguidamente reproducimos el texto de presentación escrito por la restauradora para el catálogo del Festival de Pordedone (traducción propia):
Bajo el sol de Loreto (Perú, 1936)
Dirección: Antonio Wong Rengifo. Argumento: Julio A. Baldeón, Antonio Wong Rengifo. Títulos: Bernabé Gregorio y Alonso. Canción: “Bajo el sol de Loreto” (letra: Jorge Runciman, música: Antonio Wong Rengifo). Reparto: Enrique León Morejón (Julián Pérez), Deidamia Pinedo Díaz (Diana, su esposa), Graciela Baldeón (Olga, su hija), Maruja Pinedo Díaz (Olga como adulta, llamada Iraya), Uffner Flores, Gratiniano Montes. Producción y distribución: A. Wong & Hermano. Año de estreno: 1936. Copia: DCP, 39’37» (a partir de 35mm nitr., orig. l. 2500 m.); títulos: español (diálogos), inglés (narración). Fuente: Archivo peruano de imagen y sonido (ARCHI), Lima.
Hijo de un rico médico y empresario de Macao que se instaló en Iquitos en la Amazonía peruana, al este de los Andes, y que se dedicaba a la minería de oro y caucho, Antonio Wong Rengifo (1910-1965) fue enviado siendo adolescente a Lisboa para completar su educación. Sin embargo, abandonó sus estudios y regresó a su ciudad natal, lleno de una renovada pasión por documentar los paisajes y la gente de su ciudad. Después de adquirir experiencia en su estudio de fotografía comenzó a experimentar con la cámara de cine, con los noticieros de la Revista Loretana. En 1935, empezó el rodaje de la película Bajo el sol de Loreto, el cual sería el último testimonio de ficción conocido del cine mudo peruano. En 1957 se detuvo una producción sonora posterior porque su estudio fue destruido por un incendio. Hasta su temprana muerte a la edad de 55 años, Wong continuaría dedicándose a fotografía, cine, música, periodismo, deportes y turismo.
Su obra más emblemática siempre será Bajo el sol de Loreto, una historia ambientada en la primera década del siglo XX en los alrededores del río Napo en la selva amazónica, donde una familia de colonos busca establecerse emprendiendo la producción de caucho natural. En territorio Aushiri, la pareja es asesinada por indígenas, quienes secuestran a su pequeña hija Olga. Años más tarde, una expedición encabezada por su primo, quien heredó la granja de su tío desaparecido, la encuentra de nuevo, ahora ya una mujer joven. Ella todavía lleva el medallón de oro de su madre alrededor del cuello, a pesar de estar vestida y maquillada al estilo de la tribu a la que ahora pertenece, quienes la han rebautizado Iraya.
La película combina la recreación etnográfica de las costumbres de los agricultores, colonos, caucheros y comerciantes amazónicos, con la estética, las estructuras narrativas y las imágenes del Western estadounidense, tales como un ataque a una cabaña y prisioneros atados a árboles, una elección consciente del director. Ese género era muy popular a nivel regional en la década de 1930. Pero el entorno de la jungla da como resultado una estética visual más barroca. Se pueden observar otras referencias, como Die Nibelungen (Los nibelungos, 1924) de Fritz Lang. La historia también recuerda el caso real de Cynthia Ann Parker, cuya terrible experiencia de principios del siglo XIX inspiró la novela de 1954 de Alan Le May en el que se basa The Searchers (Más corazón que odio, 1956) de John Ford.
Aunque la cobertura periodística de la época hacía referencia a la presencia de los Aushiri como actores, el etnógrafo Jean-Pierre Chaumeil nos dice que probablemente eran actores de la etnia Yagua, ya que ni su ropa ni el maquillaje tienen nada que ver con los de los Aushiri, quienes son, hoy como entonces, una comunidad combativa. Chaumeil también dice que los Aushiri eran percibidos como el paradigma del “salvaje”. Por el contrario, Wong estaba familiarizado con los Yagua por su trabajo en turismo. Estos son los mismos que no compartieron sus secretos incluso con un director prestigioso como Pál Fejös, que interpretaría rasgos falsos de su cultura en su documental de 1941.
La historia de la restauración comienza en Lima, donde la película estaba programada pero no se mostró en un festival de películas amazónicas en la década de 1980. Este fue el estímulo que finalmente inició mi investigación. Años después, en 2003 visité la Biblioteca Amazónica del CETA en Iquitos, pero la película no estaba allí. El director de la Biblioteca, el padre Joaquín García Sánchez, me puso en contacto con el hijo del cineasta, Antonio Wong Ferreira. Él me interpretó el vals que da la película su nombre, entregándome también un folleto con la partitura. Finalmente, después de ocho años y más visitas a Iquitos, y gracias al entusiasmo de su bisnieto Antonio Wong Wesche, Antonio Wong Méndez, nieto del director, confió a nuestra institución los materiales del apreciado Bajo el sol de Loreto. Para entonces habían pasado 75 años desde el estreno de la película, y los rollos habían sido almacenados sin ninguna protección en el clima tropical de Iquitos, en las inmediaciones de un acuario. Es por esto que una parte del largometraje se perdió. Las cajas de poliestireno expandido, donde se almacenaron los materiales en los últimos años, habían catalizado la descomposición. Cuando los recibimos, los únicos dos rollos positivos que quedaron estaban severamente dañados, con la emulsión y el soporte tan frágiles que imposibilitaron el examen y la reproducción del material.
Sin embargo, siguiendo una intuición, también pedí unas latas de metal con fragmentos de negativos aún no identificados, divididos en pequeños rollos, que suman un total de 1100 m., también muy pegajosos. Buscamos fondos para comenzar la restauración, pero en vano ya que la película estaba incompleta. Después de pasar algún tiempo en un ambiente seco en Italia, finalmente fue posible abrir los negativos. Aunque el soporte era frágil y los bordes estaban pegajosos, la imagen estaba en buenas condiciones, a pesar de estar incompleta. Ni las tomas ni los títulos tenían continuidad o numeración, lo que hizo que esta reconstrucción sea muy trabajosa, a partir de un resumen elaborado para la prensa por Bernabé Gregorio y Alonso. Curiosamente la película tiene títulos narrativos en inglés, mientras que los títulos de los diálogos están en español.
Esto es prácticamente todo lo que queda de la más mítica película muda de ficción filmada en la cuenca amazónica peruana. No ha sido vista desde hace muchas décadas. Sin embargo, no perdamos la esperanza de encontrar el resto del film, para transmitir este legado a las generaciones futuras. Agradecimiento especial a la familia Wong, al padre Joaquín García Sánchez, a Jean-Pierre Chaumeil, a Mario Lucioni Guerra y Gianfranco Dondi de Eurolab filmlab, a Marco Pagni Fontebuoni y Michelle Arakelian de Movie and Sound Firenze, y a Federica Rauso de Twin Fix – Digital Restoration Film Project. – Irela Núñez del Pozo.
Extra: En el Festival de Cine Mundo de Pordenone también se presentaron dos películas peruanas más, Captura del bandolero Andrés Ramos (1933), de 7 minutos de duración, restaurada por ARCHI; y Luis Pardo (1927), restaurada por la Filmoteca PUCP, que ya había sido presentada en Lima el 2022.
Gracias a Irela Núñez por la información y las imágenes de la película; y a Ricardo Bedoya, por el dato inicial de la presentación del film en este festival.
Deja una respuesta