El reino
Le royaume (The Kingdom, 2024) es una película francesa, ópera prima de Julien Colonna. La historia transcurre en la isla de Córcega, en el Mediterráneo, y explora la relación entre Pierre Paul (Saveriu Santucci), el jefe de la mafia local, un hombre ya mayor y Lesia (Ghjuvanna Benedetti), su hija adolescente.
Esta película se centra en el aprendizaje vital de la joven al lado de su padre, quien intenta mantenerla al margen de su mundo, pero que, debido a diversas circunstancias y una necesidad compartida de conexión y autoridad, termina desarrollando una relación filial profunda entre ellos.
La trama, que sigue las pautas de un thriller, mantiene un suspenso creciente, incluyendo persecuciones y crímenes, pero sin caer en el despliegue espectacular típico de las películas comerciales. En cambio, ofrece una visión realista de la mafia, algo que recuerda a Los Soprano (guardando las distancias y diferencias culturales): son gánsteres ya mayores (salvo uno, que resultará clave en el desenlace) y una joven que busca su lugar entre ellos, protegida mientras atraviesa su propio proceso de crecimiento y hasta cierto punto autodescubrimiento.
Las escenas de violencia son puntuales y están cuidadosamente dosificadas; las principales se presentan como ejecuciones frías y calculadas, lo que aumenta la tensión. El director logra crear un ambiente de suspenso permanente, alternando esta línea de violencia contenida con una más íntima, la de la relación entre padre e hija. Lesia comete errores pero también tiene aciertos, aprende y evoluciona como personaje a lo largo de la historia.
Una frase clave que resume el espíritu de la película es la que el capo, Pier Paul, cuando se “confiesa” ante su hija. Ella le ha preguntado si no siente miedo viviendo constantemente en ese ambiente de peligro constante y él le responde: «siento miedo todo el tiempo, el miedo es lo que nos mantiene con vida». Otra revelación impactante es cuando le explica cómo y por qué se inició en la mafia; una reflexión, no diré existencial, pero sí reveladora para el desarrolla del argumento. La relación filial también es de fuerte intensidad.
Además de la historia, cabe destacar la ambientación: los actores, todos corsos y profesionales (junto a algunos no profesionales), impregnan la cinta de una gran autenticidad. La fotografía captura la esencia del paisaje isleño –con sus partes bellas y las más agrestes y desoladas–, así como al mar circundante. Altamente recomendable.
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