Festival de Berlín: «Hysteria» (2025), de Mehmet Akif Büyükatalay

hysteria 2025

Es consecuencia de un descuido que la trama de este film desate un conflicto que irá simulando el efecto de una bola de nieve. Ahora, las adversidades que plantea el director alemán Mehmet Akif Büyükatalay en su película no es una simple situación que pinta a la humanidad y su habilidad para entorpecer o complicar su existencia. Acá el circuito de esas complicaciones o metidas de pata está orientado por una línea de pensamientos puramente sociales.

Hysteria (2025) inicia con un director de cine realizando una película que pretende mostrar su solidaridad hacia musulmanes víctimas de la discriminación de una sociedad alemana que ha quemado sus hogares. Todo bien, de no ser por una secuencia en que se usa la “pieza de utilería” incorrecta. Ya a partir de ahí esta introducción sobre una propuesta filmográfica ceremoniosa, sensibilizada con una catarsis dramática, se derrumba. Las buenas intenciones cruzan al banquillo de la provocación, la ofensa, la negligencia capaz consciente o simple ignorancia fruto de la falta de empatía. Es un gran debate moral el que eclosiona y la película de Akif ni si quiera lleva más de diez minutos. Es a partir de ello que se construye una pauta: la moral ambigua en un escenario fraccionado y efervescente. Lo siguiente será el reconocimiento al conflicto principal. A una de las asistentes de producción se le extravió unas llaves. Empieza así el trayecto a una serie de metidas de pata, pero ya sabiendo que estamos en un escenario minado por las asperezas sociales.

El estado de histeria comenzará a extenderse partiendo por la protagonista del extravío de las llaves y luego siguiendo por el resto de los implicados en el proyecto fílmico, el mismo que planeaba convertirse en un gesto de amnistía social entre locales y musulmanes. Surge así un hecho irónico: lo que se intenta hacer desde la ficción, no se aplicará en el terreno de lo real. Los promotores de la película y los actores musulmanes de la misma entrarán en conflicto ante la falta de confianza, los prejuicios o la propia conveniencia. La película del personaje de Akif está destinada al fracaso o al cuestionamiento moral. ¿Cómo fingir o fantasear con una concordia o respeto hacia una comunidad ajena cuando tu pensamiento está orientado a continuar con la confrontación y la discriminación? Hysteria nos modela a una sociedad despojándose por sí sola de su discurso de la autocrítica o la concientización social. Se separa las expectativas de la objetividad. Akif deja “ser” a sus personajes para después exponerlos a una situación en que por sí solos dejan caer su careta. Simbólico resulta la idea de un incendio. Será un “sálvense quien pueda”. A parte de ello, no deja de ser curioso cómo, hasta cierto punto, la película se perfila como absurda, cómica, casi acariciando un slapstick. Mehmet Akif Büyükatalay mira con sentido del humor un hecho difícil de curar o sanar. Podrás salvarte del incendio, pero siempre tus cosas o prendas quedarán impregnadas de un rancio olor a humo.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *