1. Deconstruyendo a un outsider
Nos llamó poderosamente la atención que fueras a estrenar un documental. ¿Qué te motivó dejar a un lado la ficción e incursionar en el documental?
Primero el personaje. El documental es sobre un señor que se llama Jorge Pohorylec, yo lo conocí hace como diez años porque estaba investigando sobre los neonazis en el Perú, porque tengo la idea de hacer un guión de ficción con neonazis acá. Lo vi en televisión, porque digamos que él junto con otros son la parte pintoresca de los neonazis acá, o sea no es la parte intelectual que no dan la cara, sino es la parte un poco folclórica de los neonazis acá. Me averigüé el teléfono llamando al canal de televisión donde lo vi y fui a su casa. Lo empecé a entrevistar y el tipo era muy amable, un tipo especial también, un tipo que se viste de caqui ¿no?. Lo investigué un tiempo, pero después le perdí el contacto porque empecé a trabajar en otras cosas, el proyecto se dejó de lado. El año pasado lo volví a ver y yo incluso había pensado en decirle a una amiga para que le haga un reportaje, porque el tipo es especial, pero después me acerqué y le propuse hacer el documental y él feliz. Porque es un tío que en verdad… tampoco necesitaba digamos… no sólo de afecto, también de ser escuchado. Entonces la idea era hacer un cortometraje pero con el señor es imposible hacer un cortometraje ¿no? (risas)
Cuarenta horas grabadas de él, habla y no para de hablar, entonces puta que al final es un largo de una hora y media, que duró más porque lo que presenté al CONACINE el año pasado duraba como 15 minutos más. Después lo corté y reestructuré algunas cosas porque era demasiado, el tipo es muy retórico, repite mucho. Entonces había que rescatar la manera de ser del tipo pero también con un tiempo prudencial para que no sea una cosa que te pueda desconectar y aburrir. Y fue básicamente por eso, o sea nunca pensé en verdad hacer un documental, porque nunca ni siquiera se me había ocurrido. Pero como experiencia es bacán. Claro que te basas en un guión un poco a grosso modo pero es un poco también la improvisación en el momento y estando con él, y después en la edición cómo van surgiendo cosas. Como experiencia fue bien bacán. No sé si es que haga otro, tendría en todo caso que encontrar un personaje como él, que me pueda atraer tanto como él o un tipo que me pueda atraer de la misma manera. Pero ahorita me gustaría dedicarme de nuevo a la ficción, que es lo que más me interesa.
¿Cómo fue la reacción cuando se estrenó el documental en Cannes?
Bueno, como ya estoy acostumbrado a que la gente se salga del cine, había gente que se salía (risas) Porque no es… es medio raro ¿no?. Yo me imagino que en Europa están esperando ver no sé, a los niños pobres, todo ese tipo de cosas y de repente sale un tipo que es un neonazi en el Perú y que empieza con todo un rollo medio extraño y hay gente que se salió, hay gente que le encantó, de repente no es la gente que tú quisieras que esté, porque es un festival demasiado grande y hay ochenta mil películas y obviamente digamos que el cine peruano no es un foco de atracción así para que vaya todo el mundo ¿no?. Van algunos curiosos, de repente estudiantes. Pero después sí he recibido comentarios de gente a la que le dí DVDs y que me han escrito que les ha gustado bastante.
Y en Cannes la pasan una sola vez y no más como me hubiera gustado, y llegas ahí y hay tanto que ver que tienes que publicitarlo y al festival estábamos invitados un día antes de la película, entonces no tienes mucha facilidad como para poder promocionarlo o invitar gente adecuada, que a la larga no van a ir porque, ponte, Álvaro Velarde hizo un trabajo de pre producción así alucinante para distribuidores, productores y tenía como 100 invitados y fue uno (risas) Claro, no es así pues. Es demasiado para ver y es el mercado más grande del mundo a nivel del cine y es complicado, en todo caso sirve por el hecho que la película ha sido estrenada en Cannes, y entonces puede llamar la atención por ese lado.
Tienes un estilo claramente diferenciado. ¿Cómo lo ves en relación con este último trabajo?
Lo que pasa es que creo que El caudillo pardo es… no sé si ustedes han visto El gran viaje del Capitán Neptuno. Es el “Capitán Neptuno Nazi”, porque tiene que ver mucho con ese tipo de personaje que sueña con una utopía. Es un tipo totalmente utópico. Es más, ni siquiera llega a ser nazi, es totalmente light, puta está fuera del grupo neonazi porque lo han botado. El tipo es un outsider.
Pero eso significa que acá hay un grupo neonazi.
Acá hay un grupo neonazi, hay página web y todo. Y yo me contacté con ellos por e-mail. Me contestaron, me pidieron hasta mi DNI, dirección, todo, por supuesto no se los di (risas) Pero cuando se enteraron que era un trabajo sobre Pohorylec me mandaron prácticamente a la mierda.
El pata es un outsider, él se reclama ser germano pero…
No, pero él es hijo de austriaca y polaco. Él es judío (risas)
¿Cómo procesa él todo eso dentro de sí?
Porque yo pienso qué problemas habrá tenido pues en su vida. Yo sé por gente que lo ha conocido de niño, que ya era especial, pero después de haber editado me enteré, porque él nunca me lo contó, que cuando su padre murió, su madre se casó con otro señor judío Freundt. Y nunca me lo contó. Entonces me imagino qué rollos tendrá el tipo que hará que rechace su procedencia. Pero es un tipo que no está de acuerdo con el holocausto y que no es antisemita, entonces de nazi es bien raro. Y está fuera de los grupos neonazis porque ellos dicen que él está loco y que es judío ¿no?. Pero es un tipo que admira a Hitler.
La idea un poco del documental también es porque te preguntan «por qué haces una cosa de ese tipo, de un nazi acá en el Perú». Y bueno, si uno le quiere buscar un motivo, que no es el que me interesa pero hay que justificarlo, es un poco las contradicciones que hay acá en esta ciudad. Un tipo que está ahí parado con una necesidad de afecto alucinante y que habla de eugenesis en Surquillo, habla de la buena mezcla racial, de todo un rollo racial, y sin embargo la mujer, la pareja que tiene es totalmente mestiza. Entonces es un tipo que ha construido todo este mundo para poder sobrevivir, porque sino no hubiera podido sobrevivir. Es un tipo que se relaciona perfectamente a nivel social, es un tipo que cobra, vive del alquiler que tiene de sus propiedades y que se relaciona normal, va a Plaza Vea, a Santa Isabel a comprar, o sea no es un loco callejero, es un sicótico. Pero ha creado todo este mundo y todo estos carteles que tiene, porque él tiene cientos de carteles y cosas y él mismo lo dice en el documental, que si no tuviera eso él no estaría bien.
¿Y por qué le llamas el Caudillo Pardo? ¿Por qué Pardo?
Por las camisas pardas, lo que pasa es que en verdad cuando tuvimos que ir a Cannes había que ponerle el nombre en inglés, ahí me di cuenta que se debería haber llamado «El caudillo solitario» porque es un caudillo, pero no lo escucha nadie. Pero yo le puse pardo por esta cuestión de las camisas pardas pero todo el mundo cree que es por el bandolero Pardo, ¡’ta madre na’ que ver!
Por el color tampoco es ¿cierto? Porque es más bien blanco.
Él es blanco, él es un europeo, su madre era austríaca y su padre polaco judío y yo tengo amigos judíos que cuando lo han visto me dicen puta es totalmente judío, la fisonomía que tiene es toda judía, ahora creo que estudió en el Champagnat, creo que eran judíos pero un poco apartados de la colonia judía ¿no?.
Pero además con plata…
De haber tenido plata debe haber tenido un montón de plata y ahora ya no. Tiene dos propiedades: acá en Surquillo donde está parado, y en Miraflores por la huaca, hay una casa, no sé si la han visto, una casa antigua que debe haber sido una jatazo, y allá en el segundo piso alquila habitaciones a una gente bien rara también (risas) Sí, de verdad una gente más rara que la puta madre, y allá arriba vive la esposa de su hijo, o sea su nuera con la que está peleado, sus nietos, hay todo un mundo.
¿Él tiene esposa? Porque hemos leído por ahí que es machista.
Ah no, es un misógino de mierda totalmente misógino, pero la mujer lo pisa, está más pisado que la puta madre, le tiene miedo pero él cuando habla pues… claro en verdad es un personaje que a mí por lo menos me da una gran ternura. Sé que ha tenido actitudes violentas, debe haber sido un tipo violento también ¿no? Pero sí llegas a sentir. Yo siento mucha simpatía por él, no por su rollo nazi, porque no me interesa para nada. A pesar que hay muchas cosas que dice que son totalmente lúcidas y no tienen nada que ver con el nazismo, sino todo el rollo social que tiene el tipo, es alucinante, te mete unas cosas que puta, te hacen cagar de la risa porque son alucinantes, o sea te dice pues que él se echa al suelo la teoría de la evolución de Darwin (risas), porque primero fue el pollo y después la gallina y el huevo, entonces es un cague de risa, tiene cosas alucinantes y tiene todo un rollo sexual bien fuerte que siempre está ahí. Sin embargo es un tipo hasta cierto punto totalmente casto, no ha tenido a nivel sexual más de tres mujeres en toda su vida, un tipo de 65 años. Además ves sus fotos de joven y era un galán el huevón, alucinante, cultiva mucho su cuerpo ¿no? Hace ejercicios y come frugalmente, entonces el tipo es un señor de 65 años que me saca la mierda físicamente y ves sus fotos y dices ¿chucha este huevón?
¿Y siempre él se para ahí o sea es metódico?
Totalmente, siempre está más o menos a eso de las seis de la tarde, tiene su rutina, no lo escucha nadie, pasan las combis y le gritan, ¡Heil Hitler! Y él saluda, cree que lo están escuchando pero no lo escuchan sino que lo saludan porque es el loco de la calle.
Con sus cartelones…
Con sus cartelones, que se los hicieron sacar, ha dejado dos, no más, antes tenía más, adentro de ese tallercito que tiene hay un montón de recortes, y todo está lleno de recortes de periódicos, cosas que él escribe ¿no?
¿Y él vio el documental?
No, todavía no lo ha visto.
¿Y lo piensas invitar al Festival?
Sí, le voy a decir que se va a pasar en el Festival y si quiere que vaya o sea no lo voy a obligar, no sé si vaya a ir, yo imagino que sí porque es un tipo que necesita que lo escuchen ¿no?. El otro día hubo una entrevista para Caretas y nunca lo había visto así, porque siempre anda con una ropa toda percudida, pero para Caretas estaba impecable el tío, con su uniforme, pero impecable, todo planchadito así, como si estuviera en el primer día de colegio, bien bacán. La cagada es el tío.
Por eso te digo que te da mucha ternura porque la verdad es un tipo que está muy solo, por más que tenga su pareja es un tipo que está como atrapado en este mundo, y por eso es bien fuerte también lo que dice.
¿Desde cuando fue que nació esa ideología en él?
Dice que desde chico él trata de evitar varias cosas, además es un tipo que no sabe mentir. Te das cuenta al toque cuando miente, sobre todo con todo este rollo que es judío y de cuando se convirtió nazi. Dice que desde joven, desde muy chico, no le gustaba su madre, obviamente (risas) Pero no sé como habrá sido, según él la relación con su madre ha sido muy buena pero nadie sabe en verdad como ha sido, claro pues si tú eres judío y tu hijo es nazi, puta hay un problema ahí serio ¿no?. Sobre todo en una época en que él sí participaba en los grupos neonazis.
Yo fui a su casa en esa época con Alberto Arévalo porque era el aniversario del nacimiento o muerte de Hitler. Entonces me dijo “sí, vengan porque va haber una reunión”. Llegamos, entramos y había gente y un señor de bigotes, me acuerdo, que tenía un apellido español compuesto. Y este pata agarra y, de frente, lo primero que te pregunta es el apellido para saber de dónde vienes, además para saber si no eres judío. “¿Su apellido?”, le dije “¡Salvini!”, “Ah ya, italiano”, y a mi pata Arévalo que es trigueño le dijo “¿Y usted?”, porque lo miró mal de frente “estee… Arévalo”, “¡Criollo!” (risas) y no le volvió hablar. Y tenía un pin debajo de la solapa con la esvástica, ¿no? “Sí, y el Duce…” y no sé que más hablaba, pero ahí en esa reunión había un tipo que era un pata indio, mestizo, un cholo. La idea que yo tenía con estos nazis es que quería hacer una historia sobre el cholo hitleriano, una mezcla de ideología nazi con ideología andina, una huevada así. Y había uno ahí, se peinaba como Hitler, y se sentaba así, y yo le preguntaba “oye hermano, si estos huevones hubieran ganado la guerra, tú no estarías acá huevón, ni yo, habrían puros colorados nomás”, “¡No!, que no, que no sé que…” y te hablaba todo un rollo totalmente alucinado. Pero llegaba gente y cuando me veían a mí y a Alberto que no éramos del grupo, se escondían. Gente de terno, así. Y cuando contestaban el teléfono era “¡Heil Hitler! Sí, ya estamos yendo para allá” (risas) Te lo juro huevón.
Hemos ido a un bar que se llama “Mein Haus” (Mi hogar) que está frente al IPSS acá en Angamos, que frecuentaban los nazis. Entonces nosotros hemos llegado allá y tiene una ventana grande que da a la calle, había una mesa grandaza y había puros colorados, así puros rubios, blancos. Y Pohorylec me dijo “un ratito, voy a preguntar”. Y se acercó un pata que era un pelado que se parecía a Tudela o sea así blanco, pelado. Y miró para afuera y salió hecho una pinga el pata, y de frente se me puso acá así, ¡pum! e igualito: “¿Su apellido?”.“Salvini”.“Italiano”.Y a mi pata: “¿Y usted?”.“Arévalo”.“¡Criollo!”. Y todo el rato me empezó a decir que era una reunión privada, y que el judío Spielberg -porque era la época de la Lista de Schindler– el judío Spielberg, y que las 50 preguntas y las 50 respuestas de por qué el holocausto es falso. No me dejaron entrar pues, era una reunión privada.
¿Publican algo escrito?
Sí, me bajé una revista pero de un grupo neonazi ecuatoriano que se llama Cruz de Hierro, que decían que así como el holocausto es mentira también es mentira la conquista de los españoles, o sea toda la barbarie que cometieron es falsa. Que los españoles llegaron acá a traer la civilización a un grupo de pueblos bárbaros que se comían entre ellos y eran caníbales y que la puta madre, y que estos patas trajeron el cristianismo, trajeron la civilización. Porque estos cojudos como no son alemanes sino son españoles digamos, entonces ellos no son arios pues quieren vincular su onda nazi por el lado de los españoles. Hay un grupo que se llama La Nueva Castilla, ahí están los pizarristas ¡y lo botan a Pohorylec porque es loco! Qué tal concha…
Es un cague de risa porque agarran y te ponen que no estamos en contra de los cholos ni de esto ni de eso, solamente contra los judíos que no sé cuántos y más abajo ves un dibujo de una pareja con un bebé que dice «porque simplemente es un orgullo haber nacido blanco». Gente totalmente trastornada ¿no? Con fotos de ellos pero con la cara borrada en una casa normal con sus camisas pardas, sus esvásticas y después salen a hacer no sé, por el desierto de Cieneguilla por decirte, a hacer marchas con uniformes de campaña y con sus banderas nazis, todo. Entras a la página web y están las fotos. Los patas no quieren dar la cara porque dicen que además -me imagino por Eliane Karp también- no seria nada raro que el gobierno los tengan chequeados, o sea además los judíos acá también obviamente no son cojudos, se tendrán que proteger digamos de alguna manera, acá no ha habido ningún atentado de los neonazis a la comunidad judía pero me imagino que ellos sí deben tener chequeado también eso.
En una sociedad donde como acabas de describir hay gente más zafada que tu personaje, vemos que al final en el documental se va a presentar a Pohorylec de una manera diferente, no denuncias una situación como de racismo.
La idea era al comienzo hacer una película sobre los grupos neonazis aquí en el Perú, sobre el racismo, pero te encuentras un tipo que en verdad no está psicológicamente bien. Porque de repente te podrías encontrar con un neonazi que está totalmente cuerdo y simplemente es un antisemita de mierda que piensa que hay que exterminar a todos los judíos pero que no está loco, no es un sicótico.
Pero él no pues, el señor Pohorylec sí es un tipo que tiene un problema, entonces no sentía agarrarlo por ese lado sino por él. Y como en Lima el tipo está pregonando esto, pero más por una necesidad de ser escuchado que por otra cosa. Porque él piensa que es un gran político y que siempre te dice que ha retado en discusión pública a Alan García delante de toda la gente (risas) Él está paradito en un escritorio y habla y habla porque es totalmente pacífico. Él me ha contado que le metió un balazo una vez a un chiquillo en la pierna cuando tenía treinta años porque este pata estaba dando vueltas en su moto y él salió y le dijo: “Las motos no son para estar dando vueltas de acá para allá sino para transportarte de un lado para otro” porque él piensa eso, que el transporte es para ir de acá para allá, para ir a tu trabajo y no para dar vueltas. Y el chiquillo estaba dando vueltas y vueltas, y él salió y lo amenazó, salió otra vez y a la tercera ¡pam! le metió el balazo en la pierna.
Él tiene su bicicleta que según él es el “auto standard”, usa una bicicleta bien antigua, tiene un circuito nada más de su casa en Miraflores al parque Kennedy. Allá se va en la noche y se regresa a su casa y se queda escuchando música o sale a gritarles a la gente del restaurante La Huaca, al lado de la bodega de Plevisani, a gritarles ¡burgueses! Y toda esa vaina.
Tiene bastante conexión con tus personajes de ficción, con el capitán Neptuno…
Puta sí es un tipo que está buscando una utopía de llegar a algo. Lo que pasa es si estuviera arriba perdimos todos, porque todos a trabajar a los campos. Esa es la idea de él: que los camiones salgan a recolectar a la gente para llevarlas a los campos de trabajo y después en la tarde los recojan y los lleven a los parques a bailar con las mujeres. Una imagen bien romántica de la Segunda Guerra Mundial. Todas esas cosas tiene el tipo. Además él se ha quedado antes de los años 50 incluso musicalmente, sus libros también. Tiene una música bien bacán el tío, bien paja, muy poca música clásica, escucha más a militares y música como Bing Crosby, y justo todo el documental está musicalizado con su música. La música que se escucha es la que él ha dado, por eso incluso algunas están grabadas de frente de la radio, pero tiene una música bien bacán.
¿Y le gusta el cine?
No ve cine. Cuando le pregunté me dijo que se acordaba solo de una con Cary Grant que le decía a una mujer una frase que era más misógina, de eso nomás se acordaba pero para nada, no ve películas.
¿Ni Leni Riefenstahl?
Ah claro, si le muestras eso de seguro se va a emocionar, pero él no ve películas ni televisión por las mujeres, porque dice para que voy a ver eso si después no voy a poder hacer nada.
1. Deconstruyendo a un outsider
2. Making-of
3. Cinefilias y cinefobias
4. Una home movie de terror
5. Made in Perú