Ousmane Sembène, al ras de la tierra


Ousmana Sembène

Hace unas semanas falleció el cineasta senegalés Ousmane Sembène, cuya obra se conoce muy poco en el Perú. Por ello, conversamos con el crítico Isaac León Frías, “Chacho” para los amigos, para aproximarnos a la filmografía de uno de los autores más importantes del continente africano.

¿Qué primera reflexión te provoca la filmografía de Ousmane Sembène?
Es la figura histórica, el padre del cine africano, es el primer realizador africano en dirigir un largometraje, en los años setenta. Es la figura más respetada, no sólo por razones de primacía, o precedencia práctica, sino por su calidad cinematográfica. Sus películas son de muy alto nivel, que tienen una mirada muy atenta, observadora, muy rosselliniana, frente a los temas de la realidad africana que toca, donde los límites de la ficción y el documental están cuestionados, aún cuando fueron siempre tratamientos de ficción. Nunca pretendió hacer documentales ni fragmentos documentales, siempre hay una elaboración muy arraigada en los pliegues de la realidad africana.

¿Tampoco usaba material de archivo en sus filmes?
No que yo recuerde, no en lo que he visto y recuerdo. He visto algunas películas de Sembène hace mucho tiempo, no las tengo tan frescas, pero es material filmado directamente por él, es un director de ficción. Por ejemplo, su última cinta, y su filmografía en general tiene que ver con eso, muestra las marcas y las huellas del colonialismo en África, y los impulsos por acceder a una cierta modernidad. El tema de lo viejo y lo nuevo tiene como uno de sus temas nucleares o centrales el conflicto de la tradición y la modernidad, que podemos encontrarlo en otras cinematografías, como la japonesa, por ejemplo en Mizoguchi, Ozu o Kurosawa, o en la hindú, con Satyajit Ray, y hasta en Visconti, aunque en una sociedad moderna, en un contexto diferente. Claro, los tratamientos son distintos y las raíces histórico–sociales también.

Hay otro dato destacable en Sembène, no sorprendente porque se repite mucho en cineastas del Tercer Mundo, que es su filiación de izquierda. Fue un autor izquierdista, radical.

Moolaadé de Ousmane Sembène¿Sus películas son dramas secos, asfixiantes, que no tienen casi una válvula de escape, o se permitía cierto humor, una mirada un poco más fresca?
No son asfixiantes, tampoco es que el humor esté muy presente. Por ejemplo, Moolaadé, su último filme, trata sobre un tema muy dramático en la vida africana, la ablación clitórica que se le hace a las mujeres, una práctica atávica que todavía sigue presente. Es una denuncia hecha con mucho rigor, no de manera asfixiante, pero sin concesión alguna, sí de manera seca pero al mismo tiempo con un tratamiento comprensivo, no es un autor que vea a sus personajes desde una atalaya lejana, sino que los mira con mucha cercanía y simpatía, aunque también hay personajes no precisamente simpáticos.

Los victimarios.
Sí, exactamente, ese lado está claramente señalado.

Otro aspecto que es muy relevante señalar sobre Sembène es la presencia francesa. Sembène se educó en Francia, como muchos cineastas africanos que luego han destacado y han tenido una participación más o menos prominente. Él pertenece a Senegal, ex colonia francesa, como lo son Níger, Mali, Costa de Marfil. Es la región de ex colonias francesas la que ha tenido en el contexto africano el mayor grado de desarrollo cinematográfico, y en él tuvo una influencia muy destacada Jean Rouch, el promotor del cinema verité en los años cincuenta y sesenta, que se inicia como cineasta en África en los cuarenta, en una época en que para Occidente esta parte del mundo era exótica, pintoresca, pero no objeto de un interés más riguroso o antropológico.

Rouch ha estado más de cincuenta años ligado al África, la constante de su obra es el mundo africano y, naturalmente, los países francoparlantes. Rouch contribuye a movilizar la conciencia de muchos africanos por el cine y está en el origen de la vocación de algunos de ellos, en forma directa o indirecta. Ha sido gravitante en la historia de ese cine, y parte del impulso que comienza de manera más regular con Sembène y que se va a continuar en Mauritania, Mali, Costa de Marfil, proviene de la influencia de Rouch, sobre todo en la África negra, porque en la árabe hay otras raíces e influencias, pero en la francófona, la negra, la figura de Rouch es decisiva.

¿Sembène llegó a tener esta importancia sólo en África o la tuvo también en Europa u otros ámbitos? ¿Hizo cine fuera del continente?
No, sólo en África. Ha estado muy arraigado a su país, aunque algunas de sus cintas han sido coproducciones, como Moolaadé, y otras más, que tienen participación francesa, con técnicos de esa nacionalidad. En realidad, Francia ha estado muy presente, como ocurre con varios de los cineastas africanos. Sembène es, entonces, uno de los creadores del cine africano.

Camp de Thiaroye de Ousmane Sembène¿Cuál es la película que más valoras de Sembène?
Hay dos o tres. Está El giro, que alude al giro bancario, una de las primeras que hizo, entre las más logradas de su carrera; Campo de Thiaroye, a fines de los ochenta, sobre el problema de los desplazamientos poblacionales provocados por guerras y crisis africanas, el problema del hambre, ocasionado por las sequías; y Moolaadé. Creo que hizo ocho o nueve largos. Habré visto la mitad, no conozco su obra completamente, porque no es fácil verlo, es uno de los cineastas cuyas obras no se consiguen en DVD.

Son pocas películas para una carrera de unos cuarenta años, ¿no?
Sí, eso da cuenta también de las dificultades de una cinematografía que no es una industria, donde no hay continuidad de producción, que requiere de ayuda de afuera, especialmente de Francia.

¿Tienes idea de cuántas películas al año se hacen en Senegal?
No tengo el dato, pero sí puedo decirte que son pocas películas, la producción africana es muy limitada, como en toda África negra, salvo tal vez Sudáfrica, que antes de Mandela contaba con cierta producción. Incluso un realizador llegó a internacionalizar sus cintas, Jamie Uys, unas comedias que eran falsos documentales, en la línea de Los dioses deben estar locos, de la que hizo dos partes. Pero el cine sudafricano estaba hecho por blancos, de ninguna manera por negros, era una época en que la población negra estaba excluida. Las cosas han cambiado en los últimos tiempos, y sigue teniendo Sudáfrica una producción de mayor alcance, pero no tengo datos sobre su distribución en el resto del continente. Me imagino que las diferencias lingüísticas y culturales, muy marcadas, deben limitar esa posibilidad, como ocurre también en América Latina, donde no hay una circulación recíproca de las cinematografías.

Supongo que Sembène y otros, sus compatriotas por ejemplo, deben haber tenido un circuito más o menos asegurado en Francia y otras partes de Europa.
Exactamente. Los filmes de Sembène, Souleymane Cissé (Mali), Idrissa Ouedraogo (Burkina Faso), se ven en festivales internacionales, que es uno de los espacios de difusión en Francia y otros países de Europa.

¿Se estrenan comercialmente?
Sí, pero mayormente en salas de arte.

Ousmane Sembène diriguiendo MoolaadéAparte de la carencia de una industria, ¿la obra de Sembène es espaciada por ser muy detallista en sus realizaciones, como Kubrick o Erice?
No ha hecho todo lo que ha querido hacer, pero no creo que sean casos comparables. Kubrick pudo hacer más y estaba en condiciones de hacerlo. El caso de Erice lo conozco bien, lo he tratado personalmente y tenemos muchos amigos comunes. Su caso es probablemente patológico, por su autoexigencia, por una personalidad muy complicada, tanto así que si Erice se hubiera dedicado a otros ámbitos, habría tenido similares dificultades. Me contaba el crítico Miguel Marías, por ejemplo, que cuando sacaban la revista Nickelodeon, querían hacerle un número especial, y la idea era empezarlo con una larga entrevista, y que por una razón u otra, no se podía concretar. Y no porque hubiera algún problema con Víctor, hay amistad, es un gran cinéfilo, que pasa mucho tiempo en la Filmoteca Española no como ponente sino como espectador, es una persona muy sencilla, pero tan exigente que arguye mil razones que van difiriendo la entrevista y no se concreta. Pero el caso de Sembène ha sido distinto, su moderada periodicidad ha tenido que ver con las condiciones de trabajo, es un país que no tiene industria cinematográfica, es una producción irregular.

En ese sentido, ¿crees que Sembène puede ser de algún modo un referente para el cine latinoamericano, al que nunca le sobran los recursos?
Sí, creo que sí, con todas sus variantes sin duda, Sembène es un cineasta del Tercer Mundo que muy probablemente con el correr del tiempo, y en la medida que estas películas se puedan ver más, va a poder ser valorado en toda su dimensión. En la actualidad para nosotros es todavía uno de esos nombres ajenos, una de esas referencias lejanas, a las que estamos habituados.

Entrevista y transcripción: Gabriel Quispe
Edición: Antolín Prieto

2 respuestas a “Ousmane Sembène, al ras de la tierra”

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