Eduardo Mendoza nos entrega su cuarto largometraje que supera a sus anteriores películas en el acabado técnico. La dirección de arte y la fotografía son los factores que más aportan, sin embargo, no son suficientes para concretar una historia de atmósferas verosímiles, que nos permita creernos por completo un romance concebido por la gracia del diablo.
© 2022 Cinencuentro — Funciona gracias a WordPress
Tema realizado por Anders Noren — Ir arriba ↑