El especialista en apocalipsis, Roland Emmerich, no se cansa nunca en el empeño de llevar al cine sus fantasías tremendistas, que en cuanto a despliegue de recursos, deben ser de las epopeyas más aparatosas que haya concebido el universo hollywoodense. Para fin de año se nos viene el “titanic” de todas ellas. 2012 tal vez no sea la última fase en la “fiebre” de su director, pero nada más oscuramente atractivo para el público que contemplar la destrucción a gran escala. ¿A estas alturas quién se toma realmente en serio a los místicos forjadores de la leyenda?
(Vía Joblo)
24 de junio de 2009 a las 1:49
COMO PUEDE SER ,QUE PERMITAN A LOS LOCOS TOTALES , A LOS QUE NO AMAN , A LOS QUE HAN QUEDADO COMPLETAMENTE SECOS DE CORAZON (POBRECITOS),DISPONER DE UNA INDUSTRIA COMO EL CINE QUE DEBE SER PARA ENTRETENER Y CULTIVAR AL CIUDADANO , YA QUE SE NOS ANTICIPA EL TRISTE ESTRENO QUE VENDRA , UNA SUGERENCIA , NO ASISTAMOS A VERLA , Y QUE AQUELLOS QUE INVIRITIERON SU DINERO ,QUE LO PIERDAN ,TOTAL , PARA LAS PAVADAS EN QUE LO INVIERTEN , QUE NO DEJAN ABSOLUTAMENTE NADA DE NADA ,
20 de junio de 2009 a las 19:05
jojo se bajaron el Vaticano – por fin-