“Rosa Chumbe”: Conversamos con Liliana Trujillo y con su director Jonatan Relayze


Después de un largo camino que empezó con la escritura del guion hace 10 años, prosiguió con la filmación hace 4 y el estreno en festivales internacionales dos años después, “Rosa Chumbe” por fin llega a la cartelera comercial peruana, en 11 salas de Lima y 5 de provincias. Conversamos con su director Jonatan Relayze y con la protagonista Liliana Trujillo, actriz que gracias a su primer protagónico en cine con esta película, ha sido premiada en el Bafici de Argentina y el Diva Film Fest de Chile.

Liliana, en una entrevista previa Jonatan nos comentó que inicialmente tú rechazaste interpretar el personaje de Rosa Chumbe. ¿Qué te hizo cambiar de opinión finalmente?
Liliana: Mi rechazo no fue por el personaje, pues en realidad es un papel que tiene una gran complejidad y representa un reto muy grande para cualquier actriz. Mi rechazo inicial se debió a las situaciones en las que se podría verse involucrado el pequeño Franco, quien interpreta a mi nieto en la película. Yo soy profesora de Educación Inicial y la duda que tenía era cómo íbamos a afectar al menor. Si bien es cierto no hay ninguna agresión física directa hacia el bebé, sí hay una situación tensa y una atmósfera que Relayze desde el guion describe muy bien. Entonces, el guion estaba tan bien escrito que yo me creí esa situación de agresión, pero una vez que conversamos y me aclaró cómo iba a plantear el rodaje, me quedé mucho más tranquila de saber que no iba a ser necesariamente que el pequeño iba a estar allí.

¿Cómo te preparaste para interpretar un personaje tan complejo como este, una mujer policía deprimida, con problemas de adicción al alcohol y al juego?
Liliana: Por un lado, está el guion, que es la base para todo actor o actriz, allí encuentras todas las respuestas. Lo genial ha sido encontrar en Relayze al director y al guionista a la vez, entonces era mucho más sencillo consultarle de primera mano por qué Rosa hacía o decía tal o cual cosa. Por ejemplo, en la película hay una escena en la que Rosa le mira las piernas al personaje de Daisy Ontaneda. Cuando leí el guion, pensé que era Rosa teniendo celos de la femineidad de esta mujer, de su sexualidad, de su libertad y de sentirse bien, porque Rosa no se siente bien. También llegué a pensar que tal vez se sentía atraída por las mujeres, pero luego Relayze me aclaró que era básicamente un celo de mujer. Entonces, con esa información más precisa, pude construir el personaje.

Por otro lado, tuve que visitar casinos y observar cómo se comporta la gente. En cuanto al alcoholismo, yo estudié actuación cuando el TUC quedaba en el Centro de Lima, entonces ahí había mucho que observar. Además en mi adolescencia sí he tomado y he perdido un poco el equilibrio… pero nunca el control (risas). Otro aspecto es el uniforme de policía, que tiene una textura particular. Los zapatos son muy rígidos y duros. Creo que la película tiene mucha textura, muchas atmósferas, muchos sonidos particulares.

«Yo actúo porque quiero actuar y porque necesito actuar. Si no actuara, no tendría una vida tranquila ni completa».

 

Además de sonidos, también hay silencios, porque Rosa es una mujer muy callada.
Liliana: En el caso de Rosa, importa lo que no dice, por qué no habla, por qué ha construido un muro tan distante con su hija, con ella misma, con su trabajo. Ella tiende a quejarse o frustrarse, pero tampoco hace nada por resolver esas frustraciones o tener una mejor vida. Todos en algún momento nos despertamos con flojera y no queremos hacer lo que nos gusta por más que amemos hacerlo. Todos en algún momento sentimos que estamos estancados o que no nos estamos llevando bien con tal o cual persona de nuestro entorno, pero igual uno avanza y lo resuelve de la mejor manera porque quiere estar bien. Pero Rosa evidentemente no está interesada en estar bien.

Jonatan, ¿cómo concebiste tú el personaje de Rosa desde la escritura del guion?
Jonatan: La parte de la figura policial la he basado en mis dos tíos que eran policías. El recuerdo que tengo de ellos es que en las reuniones familiares, venían con su pistola y la dejaban en un mueble y se iban a una esquina a hablar entre ellos. Y cuando iba solo uno de ellos, hacía lo mismo, pero se quedaba solo, sin hablar con los demás. Así que ese mundo de las pocas palabras era importante para mí, pues quería demostrar que sí se puede hacer una película sin necesidad de explicar todo en diálogos. Creo que un problema que tenemos en el cine peruano es que se abusa de los diálogos. Además, elegí que ella sea policía porque quería representar la dualidad de Rosa: es parte de un organismo de control y a la vez no puede controlar ni su propia casa. De hecho es fácil quejarse de la Policía, pero con lo que ganan y las condiciones en las que viven, en verdad está el caldo de cultivo para que fácilmente caigan en la corrupción.

La fe juega un papel clave en el personaje de Rosa. ¿Cómo trabajaste este aspecto de tu personaje?
Liliana: Justo se conjugó con el hecho de que yo nunca había ido a la Procesión del Señor de los Milagros. Creo que es más bien como un descubrimiento de Rosa, así fue como se trabajó. No creo que ella haya tomado el micro para ir hacia la procesión, creo que simplemente fue porque tenía que huir, porque no pensaba con claridad y terminó allí. Estando en la procesión es que ella repara que quizá pueda haber una solución y pueda tener una ayuda, porque creo que Rosa no tiende a pedir ayuda de nadie, ni siquiera de su propia hija ni de ella misma, entonces se trataba de ir descubriendo este aspecto de confiar en alguien y este alguien es justo el Señor de los Milagros.

Rodaje de «Rosa Chumbe» en la Procesión del Señor de los Milagros, en octubre de 2012.

Este es tu primer protagónico en cine, pero anteriormente te hemos visto en varios personajes secundarios a lo largo de tu carrera. ¿Qué sensaciones diferentes te produjo asumir este rol protagónico?
Liliana: Por un lado, es la responsabilidad de ser la herramienta adecuada para que Relayze pueda contar la historia, porque el personaje no lo creé yo, es la visión de él. Entonces, sentí una gran responsabilidad para ser lo suficientemente útil para que él pueda decir lo que tiene que decir. Y por otro lado, me permitió ejercitar algunas cosas como actriz, es decir, salir un poco de mi zona de confort, porque por lo general mis personajes han sido más sumisos o víctimas de las situaciones. Creo que básicamente de eso se trata el trabajo del actor, de encontrar un reto y tratar de enriquecer el personaje con lo que el director te está proponiendo. Después obviamente también sientes la carga de llevar un rodaje entero, lo cual tiene sus propios ajustes y sus exigencias, porque hay mucha gente que está alrededor y todos hacen lo que tienen que hacer porque si no, no se conjuga.

¿Sientes que este primer rol protagónico es un reconocimiento a tu carrera?
Liliana: Creo que llamarle «reconocimiento» no me agrada demasiado. Yo actúo porque quiero actuar y porque necesito actuar. Si no actuara, no tendría una vida tranquila ni completa. Desde el colegio he sido muy distraída, conversadora y juguetona. Eso es algo que se necesita dentro del oficio de actriz, debes tener la capacidad de jugar y no perderla. Entonces, que me den la oportunidad de poder jugar me parece genial. En realidad, es una fortuna ser considerada para un proyecto, luego para otro proyecto y que crean que es posible que yo haga algún papel. Y no lo veo como un reconocimiento, sino como la posibilidad de que yo pueda conocerme un poco más y pueda desarrollar mi oficio.

¿Cómo recibiste las noticias de los premios en Bafici y en el Diva Film Fest?
Liliana: Cuando me enteré del premio de Bafici al inició fui un poco incrédula. En esa época estábamos grabando “El regreso de Lucas” y teníamos un grupo en WhatsApp con los actores. Mi compañera Mari Pili Barreda me contó la noticia y yo pensé que me estaba haciendo una broma, no lo podía creer, así que le escribí a Jonatan. Él me confirmó la noticia y yo me preguntaba: “¿Esto es posible? ¿Esto es real? ¿Bajo qué criterios habrán juzgado? ¿Cuáles habrán sido las otras películas?”.

Al Diva Film Fest en Chile viajó Cindy Díaz y cuando lo publicó, fue muy sorpresivo también. Es curioso cómo las decisiones te pueden dar tantas alegrías, no pensé que decidir decirle sí a Relayze iba a traerme tanta alegría.

Ha sido una coincidencia que tú, Liliana, y Cindy Díaz, las dos actrices de la película, estén también juntas en la telenovela “Solo una madre”. ¿Cómo creen que el público va a reaccionar a esa diferencia de formato, de lenguaje y de los mismos personajes?
Liliana: De verdad, creo que nos puede sorprender la reacción del público. En el avant premiere la gente ha reaccionado frente a situaciones cómicas, frente a momentos tiernos y escenas que te quedas como en el aire porque no crees lo que está pasando. Ha sido una fortuna el poder reencontrarme con Cindy en “Solo una madre”, pasamos el casting las dos y justo también nos tocó representar una relación conflictiva madre-hija. Yo espero sinceramente que la gente que ve telenovelas o consume televisión, pueda darse una oportunidad de ver cine, simplemente por el hecho de ver qué ocurre con la película y espero que pueda permanecer mucho tiempo en salas.

¿Qué comentarios han recibido de la gente que ya ha podido ver la película?
Jonatan: Cuando empezó a verse en festivales internacionales, yo estaba preocupado porque pensé que no iban a entender la película por ser muy localista. Pero vi cómo la película gustaba a la gente y me di cuenta que los temas, a pesar de ser localistas, eran universales a la vez y la gente se conectaba con eso. De hecho, muchos se sorprendían de esta realidad peruana que no habían visto en los anuncios de Promperú. Pero la película tampoco muestra la peor realidad, hay miles de realidades en nuestro país. Digamos que hay muchos niveles de pobreza que afuera no los conciben y cuando ven la película empiezan a darse cuenta que no solo está el país turístico.

Liliana: Justamente lo que me han comentado algunos compañeros actores es esta característica del personaje que no habla mucho, los gestos y el lenguaje corporal. Y después, claro, sin duda también llama la atención la fotografía y el sonido, que es fácilmente reconocible por todos los limeños que nos solemos mover en esta ciudad que tiene de todo un poco. Por ejemplo, las imágenes de las carretillas o de los lugares para comer, todas esas atmósferas que logras ver en la película.

¿Por qué consideran importante que una película como esta llegue a las salas de cine comerciales, a pesar de las dificultades y las condiciones adversas?
Jonatan: “Rosa Chumbe” no es solo una película para verse fuera. He hecho la película con toda la intención de que la gente local se identifique con los personajes y con los lugares. Esto tiene que ver también con mi construcción de identidad personal, porque he vivido en muchos lugares en Lima y en provincia, así que para mí armar mi identidad ha sido tomar pedazos de cada lugar en el que he vivido. Y por eso, para mí era importante retratar la ciudad como un personaje orgánico, que está viviendo y que es agresivo con los mismos limeños. Cuando regresas en las noches a tu casa y ves que la gente está volviendo de trabajar, esas son las mismas caras que ves en “Rosa Chumbe”. Eso era muy importante también, darles visibilidad a ellos o a los extras que están salpicados en la película.

¿Tu intención es estrenarla en un formato comercial y no alternativo para que pueda llegar a la mayor cantidad de gente posible?
Jonatan: Sí, de hecho el lenguaje de la película no es difícil. No es una película filosófica ni está llena de símbolos. En realidad, el mismo hecho de que las cosas sucedan con acciones más que con diálogos era para mí hacerlo fácil también para el espectador. La intención era que el espectador se encuentre. Y la película merece verse en salas. Tenemos un circuito alternativo muy pequeño, que no tiene las características necesarias para estrenar una película. Tiene que haber un nivel básico en el que se puedan estrenar las películas de la manera que lo merecen. Yo me fui a trabajar la posproducción a Chile. Todo eso se pierde si se ve en una mala proyección y se desmerece el trabajo de todos, del director de arte, la actuación, el sonido. Por eso creo que nos falta tener al menos dos salas en el país donde sí se pueda proyectar este tipo de películas en resolución 2K y con el sonido 5.1.

Liliana Trujillo en sus inicios, en el TUC. (Foto: La República)

¿Cuáles son tus siguientes proyectos, Liliana?
Liliana: En noviembre estaré en el Festival de Teatro del Bio Bio, en Chile. Vamos a participar con la obra “La nana”, basada en “La institutriz” de Antón Chéjov, que dirige July Natters y en la que actuamos Tatiana Astengo y yo.

El año pasado rodaste la película alemana «Viaje de Naomi» (“Naomis Reise”). ¿Cómo llegaste a este proyecto?
Liliana: El director alemán Frieder Schlaich vio el reel de “Rosa Chumbe” en un festival en Europa y pensó que yo podía hacer la audición. Estando luego en la filmación, me enteré que el director había estado buscando a una actriz en Alemania, dentro de la comunidad latina. Hice el casting junto a la protagonista de la película, la actriz venezolana Scarlett Jaimes, quien interpreta a mi hija. Tuve la suerte de coincidir también con la peruana Micaela Cajahuaringa, directora de fotografía. Fue una suerte porque yo he trabajado con ella en “Tarata” y en otras películas.

Jonatan, hace un tiempo nos comentaste que estabas trabajando en dos guiones en paralelo. ¿En qué estado se encuentran esos proyectos?
Jonatan: Sigo avanzando con el guion de «El huaquero», pero es una película muy grande. No me va a alcanzar solo con el fondo de DAFO, así que necesito una coproducción internacional. Ya tengo una conversación con Chile, pero como Perú no tiene un contrato de coproducción con Chile, no puedo postular al fondo de Chile. Necesito otro país más que sí tenga contrato con Chile para recién poder postular. «El huaquero» es una mezcla de road movie con ciencia ficción, porque tiene viajes en el tiempo.
El otro guion que estoy escribiendo es una cinta de terror, pero totalmente distinta a las que se han hecho aquí. Son varias historias, en realidad. Son como el lado B de “Sueños” de Kurosawa, o sea, va a ser como “Pesadillas” de Relayze (risas).

¿En qué se diferenciaría tu proyecto de las películas de terror que se han hecho en Perú?
Jonatan: En que no está basada en el estilo norteamericano de asustar con efectos, va a ser más psicológica. Estamos escribiendo algunas historias originales y en otras vamos a basarnos en leyendas locales, vamos a tener un par de historias en la selva y en la sierra. Espero que esta película me funcione mejor al nivel de distribuidores y que la acepten rápido. Necesitamos también que el público le pierda el miedo a las películas que no son comerciales.
De hecho, hay un problema que también tiene que ver con los festivales, que cuando se premia películas que son muy alejadas de una narrativa común, la gente se asusta y empieza a creer que todo lo que viene de festivales es aburrido o pretencioso. Por eso es que en el póster de “Rosa Chumbe” no hemos puesto ningún laurel, porque no queremos asustar al público.

¿Algún otro proyecto más en el que estés involucrado?
Jonatan: He editado “Vientos del sur” de Franco García, la película ya está en post de imagen y de sonido. También he participado de “Destino negro”, el documental de Humberto Campodónico sobre la banda «Vaselina». Está terminada en una segunda versión, pero falta hacer una tercera versión y falta la post de imagen y de sonido.

Entrevista realizada por Juan Carlos Ugarelli y Laslo Rojas, en Miraflores el 6 de junio de 2017
Fotos: Beto Venero Torres / Alavistaserá Films.


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