[Crítica] «Unidos», una de Pixar para escapar de la realidad


A pesar de que se estrenó pocos días antes del comienzo de la cuarentena obligatoria, no llegué a ver “Unidos”, la más reciente película de Pixar, en la pantalla grande. Felizmente, al igual que otras películas recientes, como la nefasta “Bloodshot”, con Vin Diesel, o la excelente “El hombre invisible”, de Leigh Whannell, Disney decidió lanzar “Unidos” en varias plataformas digitales. Puede que no sea la misma experiencia que verla en una sala de cine, pero igual vale pena.

Porque, a pesar de no ser uno de los mejores esfuerzos de Pixar —es decir, no está al mismo nivel que “Up”, “Wall-E”, “Toy Story 3” o “Intensa-mente”—, “Unidos” es una comedia de fantasía bastante efectiva, la cual sobresale gracias a su contenido emocional y el desarrollo de sus protagonistas. Como siempre, y a pesar de haber hecho un buen trabajo con la construcción de este nuevo mundo, el director Dan Scanlon no hace énfasis en la acción o en los chistes, sino en el arco por el que tienen que atravesar sus personajes, manipulando las emociones del espectador al máximo para hacer que la historia culmine con un clímax que lo dejará en lágrimas. En pocas palabras: “Unidos” no es lo mejor de Pixar, pero igual sigue siendo superior al 90% de películas animadas que se estrenan en los cines año tras año.

“Unidos” se lleva a cabo en un mundo sin humanos, en donde la población entera está compuesta por seres fantásticos como elfos, unicornios, centauros y más. Sin embargo, estos personajes han olvidado que sus orígenes se remontan a la magia y a quienes la podían controlar, y más bien viven sus vidas de manera muy similar a la nuestra, utilizando tecnología y otros artefactos modernos en vez de encantamientos mágicos o gemas poderosas. No obstante, existen todavía algunos que creen en la magia, y en el hecho de que podría retornar en cualquier momento.

Uno de esos seres es Barley Lightfoot (voz de Chris Pratt), un elfo obsesionado con los juegos de mesa fantásticos, y el pasado mágico de la sociedad en la que vive. Su hermano menor, Ian (Tom Holland), sin embargo, prefiere concentrarse en el colegio y en tratar de hacer nuevos amigos. No obstante, es en el cumpleaños del segundo que ambos descubren un regalo que su fallecido padre, Wilden (Kyle Bornheimer), les dejó años atrás bajo el cuidado de su madre, Laurel (Julia Louis-Dreyfus): un bastón mágico, e instrucciones para realizar un encantamiento que podría traer de vuelta a Wilden por tan solo un día.

Emocionados, nuestros dos protagonistas tratan de realizar el encantamiento… pero las cosas no salen bien. La gema que insertan en la punta del bastón falla, y solo logran traer de vuelta las piernas de su padre. Dispuestos a conocerlo y hablar con él, aunque sea menos de un día, Ian y Barley se embarcan en una búsqueda que los llevará a lugares como una taberna mágica, cuevas misteriosas, y más importante, una montaña que, con suerte, tendrá en su interior otra gema que los ayudará a completar el cuerpo de su padre.

Si el contexto en el que se desarrolla “Unidos” les resulta ligeramente familiar, es porque en muchos aspectos se parece al de “Bright”, película original de Netflix con Will Smith. La diferencia con dicha producción, sin embargo (aparte del tono y la exclusión de grocerías y violencia extrema), es que el mundo en el que se lleva a cabo “Unidos” está construido de manera más lógica y consistente. La falta de humanos ciertamente ayuda a que el paralelismo entre nuestro mundo y el de la película se sienta menos forzado, pero también preferí la manera en que la cinta de Pixar “casualiza” la magia, haciendo énfasis en el hecho de que todas las criaturas la abandonaron, porque prefirieron tomar el camino más fácil y rápido. Se trata de un concepto intrigante, que además es coherente con el contenido temático de la historia.

Porque a pesar de que tenemos toda suerte de criaturas mágicas y secuencias de acción bastante efectivas, lo importante en “Unidos” es la manera en que los dos protagonistas se relacionan y cambian a lo largo de su aventura. Ian comienza como un chico tímido, como alguien que no se lanza a formar parte de aventuras peligrosas, y que extraña tanto a su padre, que no le presta mucha atención a lo que ya tiene. Por su parte, Barley es desarrollado como alguien que piensa demasiado en el pasado, y sin embargo ha hecho mucho por su hermano menor, por más que este no se dé cuenta. La forma en que la amistad y el cariño entre hermanos es desarrollada en la película es absolutamente creíble, y termina por darle un corazón muy grande a una historia que, narrativamente hablando, al menos, no es particularmente original.

Como se deben imaginar, las actuaciones de voz son todas excelentes. Tom Holland (quien también prestó su voz a filmes como “Espías a escondidas” y “Dolittle” en los últimos meses) le otorga mucha empatía a Ian, interpretándolo como un chico bienintencionado pero extremadamente tímido, a quien le gustaría ser más como su padre, por más que nunca lo haya conocido. Por su parte, Chris Pratt convierte a Barley en alguien muy simpático y carismático; es un chico de repente algo inmaduro, pero con un gran corazón, y que acompaña a su hermano en esta aventura no solo porque quiere ver a un padre al que con las justas conoció, sino también porque quiere ver a Ian crecer y animarse a hacer algo diferente. Como Laurel, Julia Louis-Drefus es suficientemente cariñosa y cálida, y Octavia Spencer es hilarante como una manticora diferente a lo que uno se esperaría.

“Unidos” no es la película más espectacular, visualmente, que Pixar haya realizado, pero definitivamente es más atractiva que la producción promedio norteamericana. El mundo de Ian y Barley es presentado con cuidado, haciendo uso de todo tipo de arquetipos del género fantástico, para desarrollar algo que felizmente evitar utilizar clichés o ideas previsibles. El diseño de los personajes es sublime; todo, desde sus expresiones faciales hasta la forma en que visten y se mueven, contribuye a sus respectivas caracterizaciones y personalidades. Y secuencias como una persecución en carretera o el paso por un puente invisible, le otorgan una identidad propia a la película. “Unidos” luce muy bien, pero no revoluciona el mundo de la animación en 3D, como otras películas de Pixar — “Wall-E”, “Los Increíbles”, “Toy Story 4”— lo han hecho en el pasado.

“Unidos” es una película que me apena no haber podido ver en el cine; se trata del tipo de experiencia familiar, graciosa y suficientemente original, que se disfruta enormemente al ver en grupo, y que sufre ligeramente si es que uno la ve solo frente a una pantalla de laptop. Lo más importante en “Unidos” es el contenido emocional: la historia irónicamente humana de dos elfos que se sienten como personajes creíbles y con los que resulta fácil empatizar (y llorar). Eso es lo que separa a “Unidos” de la película animada promedio; el resto (la fantasía, los monstruos, la comedia y la acción) son como la cereza del pastel. 

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