¡Y comenzó el Festival de Sundance 2022! Esta es la primera vez que lo cubro —aunque sea de manera virtual—, así que como se deben imaginar, estoy muy emocionado.
La idea es la siguiente: por cada día que atienda al festival, publicaré un artículo con mis comentarios de todas las películas que haya visto. Es decir, cada texto tendrá críticas (relativamente) breves de las películas que haya visto ese día. En el caso de hoy, por ejemplo, incluiré críticas de tres películas muy distintas, pero todas recomendables: “When You Finish Saving the World”, de Jesse Eisenberg; “After Yang”, de Kogonada, y “Fresh”, de Mimi Cave.
Sin mayor preámbulo, entonces, aquí van mis críticas de las tres primeras películas que logré ver en este Festival de Sundance 2022.
When You Finish Saving the World
Escrita y dirigida por Jesse Eisenberg.
Protagonizada por Julianne Moore y Finn Wolfhard.
Con “When You Finish Saving the World”, Jesse Eisenberg demuestra tener una visión muy particular como cineasta. Lo que tenemos acá es un drama, basado en su propio “Audible Original” de hace unos años, que tiene mucho qué decir sobre las relaciones entre padres e hijos, y sobre la manera en que la gente privilegiada se acerca a la ayuda humanitaria y a los problemas políticos que, generalmente, no pueden resolver de forma concreta. La película se siente como una sátira sin ser particularmente graciosa, más bien presentándonos a personajes odiosos y egoístas que, quizás, serán capaces de crecer y mejorar algún día.
Finn Wolfhard interpreta a Ziggy, un chico de 17 años que ha obtenido algo de fama en internet, componiendo y cantando canciones frente a miles de desconocidos que aparentemente lo aman. Es un hobby —que en realidad le da bastante dinero— que no le hace mucha gracia a su madre, Evelyn (Julianne Moore, excelente como siempre), quien maneja un refugio para mujeres maltratadas, y que considera a su hijo como alguien muy distinto a ella, superficial y malcriado. Tanto así, de hecho, que comienza una curiosa amistad con Kyle (Billy Bryk), un adolescente completamente opuesto a su hijo: bondadoso y siempre dispuesto a ayudar. Por su parte, Ziggy trata de volverse más políticamente consciente para impresionar a una chica llamada Lilia (Alisha Boe), lo cual termina siendo mucho más difícil de lo que esperaba.
El mundo de “When You Finish Saving the World” es bastante oscuro y deprimente; un lugar donde la simple alegría no parece existir, y donde alguien como Ziggy no puede existir sin que nadie le reproche por su superficialidad. Es casi como ver al universo de Twitter concretándose en la “vida real”, con un protagonista que quiere saber más del mundo, para poder discutirlo y parecer más inteligente, pero sin tener la menor idea de cómo comenzar. No obstante, a lo largo de la historia tanto Ziggy como Evelyn se van dando cuenta de que se parecen más de lo que creían. Ambos tratan de cambiar sus situaciones personales para ser, aparentemente, más felices, sin darse cuenta de que el cambio no es tan fácil, y de que, quizás, las personas que los rodean simplemente no quieren cambiar.
Súmenle a eso un comentario político bastante claro sobre como mucha a gente privilegiada le gusta discutir sobre problemas políticos y sociales sin hacer nada al respecto, y “When You Finish Saving the World” se convierte en una experiencia intrigante y bien dirigida, pero carente de personajes con los que sea fácil empatizar. Claramente, esa era la intención de Eisenberg; en todo caso, ayuda que la historia termine de manera relativamente esperanzadora, dando a entender que madre e hijo podrían, eventualmente, encontrar algo que tengan en común. Impecablemente actuada y consistentemente frustrante, “When You Finish Saving the World” es un muy buen debut para Eisenberg como director, tanto así que estaré a la (impaciente) espera de su siguiente trabajo detrás de las cámaras.
After Yang
Dirigida y escrita por Kogonada.
Protagonizada por Colin Farrell, Jodie Turner-Smith y Haley Lu Richardson.
Siempre da gusto ver un poco de cine de género en un festival como el de Sundance —después de todo, películas de carácter más fantástico pueden ser capaces, también, de generar emociones muy fuertes en el espectador, o de estimularlos intelectualmente. Ese es el caso, precisamente, de “After Yang”, del director y guionista Kogonada. Se trata de un filme de ciencia ficción, en donde la construcción del mundo es sutil pero palpable, y donde el contenido temático —relacionado a la vida, la muerte, los recuerdos y las interacciones humanas— destaca dentro de una premisa sencilla, pero intrigante.
“After Yang” se lleva a cabo en un futuro no tan lejano, sin especificar el país o la ciudad. Colin Farrell interpreta a Jake, cuya familia decidió comprar poco tiempo atrás a Yang (Justin H. Ming), un robot parcialmente orgánico, para que congenie con Mika (Malea Emma Tjandrawidjaja), la niña china que adoptó con su esposa, Kyra (Jodie Turner-Smith). Sin embargo, el “technosapien” deja de funcionar en medio de una competencia de baile en la que la familia participa siempre desde casa, lo cual obliga a Jake a llevar a repararlo, como si fuese un smartphone o una laptop. Es así que poco a poco va enterándose de los más oscuros secretos del robot, mientras trata de calmar a Mika, quien simplemente lo quiere de vuelta.
Se trata, pues, de una premisa llena de potencial, que felizmente es aprovechada por Kogonada para desarrollar una película inesperadamente emotiva, centrada en la añoranza que la familia tiene hacia un ser sintético, quien técnicamente, nunca estuvo vivo. Sin embargo, es ahí donde radica uno de los temas principales de la cinta: la naturaleza de la existencia. Puede que Yang no haya sido humano, y sin embargo su mera presencia dejó un impacto muy fuerte en Jake, Kyra y Mika, y como va averiguando poco a poco el primero, también en otras personas, incluyendo a la misteriosa Ada (una excelente Haley Lu Richardson). Son los recuerdos del mismo Yang los que ayudan a que la percepción que Jake tenía de él cambie; y la posibilidad de que fuese un poco más humano de lo que creía.
Colin Farrell está muy bien como Jake, interpretándolo como alguien un poco distante, que mantiene relaciones frías con su familia, a pesar de quererlos. Esto se enfatiza, incluso, con la manera en que Kogonada decide filmarlo —muchas veces desde lejos, con planos abiertos y de poco movimiento. Por su parte, Jodie Turner-Smith hace lo que puede con un rol algo gratuito; la joven Malea Emma Tjadrawidjaja destaca como la joven Mika; Justin H. Ming humaniza a Yang, especialmente durante los flashbacks, y Haley Lu Richardson le inyecta mucho calor y afecto a la historia, lo cual contrasta a sobremanera con el trabajo de Farrell. Es así que “After Yang” se convierte en una experiencia sorprendentemente emotiva, combinando world-building con fascinante conceptos de ciencia ficción (¡robots, clones, carros automáticos!), y por supuesto, grandes preguntas sobre la naturaleza humana.
Fresh
Dirigida por Mimi Cave.
Escrita por Lauryn Kahn.
Protagonizada por Daisy Edgar-Jones y Sebastian Stan.
Muchas veces, el mejor terror es el que viene de un lugar genuino; el que logra comentar y criticar temas que se ven en el día a día, y que preocupan a muchas personas de manera constante. Ese es el caso de “Fresh”, una película que -sin ánimo de incluir spoilers– logra decir mucho sobre lo mal que lo pasan muchas mujeres cuando están rodeadas de hombres, o cuando se ven “obligadas” a conocer a hombres nuevos y confiar en ellos, por más de que no lo conozcan. Todo esto, claro está, en el contexto de las citas románticas, muchas veces iniciadas a través de aplicaciones como Tinder.
Steve (Sebastian “Winter Soldier” Stan) y Noa (Daisy Edgar-Jones, “Normal People”) no se conocen por internet, sin embargo. Tienen un meet cute en el pasillo de verduras de un supermercado, y se llevan bien casi inmediatamente, tanto así que, cuando él la invita a pasar un fin de semana fuera de la ciudad, ella acepta, por más de que su mejor amiga, Mollie (Jojo T. Gibbs) tenga sus sospechas. Y como se pueden imaginar, sus sospechas están bien justificadas. Solo basta con decir que Noa la termina pasando muy mal con Steve, descubriendo un secreto verdaderamente asqueroso respecto a él, y peleando por su vida, con esperanzas de que eventualmente pueda escapar de sus garras.
Hasta cierto punto, “Fresh” me recordó bastante a la excelente “Get Out”, de Jordan Peele. Ambas películas utilizan el terror y el suspenso para realizar un comentario social que se siente relevante —en este caso, sobre lo tóxica que puede ser una vida centrada en citas románticas heterosexuales, y sobre lo aterradas que pueden estar las mujeres a la hora de conocer hombres nuevos. Evidentemente se trata de una versión extrema de lo que podría sucederle a una mujer, pero igual se siente creíble; especialmente cuando mencionan lo exclusivo que es el trabajo de Steve, siempre atendiendo, únicamente, al “1% del 1%”.
Ayuda, además, que “Fresh” sea una película increíblemente tensa, centrada en las fantásticas actuaciones de Edgar-Jones y Stan (este último utiliza todo su carisma para aterrorizar tanto a Noa como al espectador). Sí, la película concluye de manera algo previsible y caótica —y apropiadamente sangrienta—, pero a la vez, uno no puede evitar morderse las uñas y temblar en el asiento, siempre empatizando con Noa para que salga viva de este embrollo. Repleta de gore, sangre y momentos chocantes —la cámara de la directora Mimi Cave utilizando primeros planos de bocas comiendo, o de carne siendo molida y cortada, para desarrollar una atmósfera perturbadora—, “Fresh” es de los thrillers más intensos que haya visto en un buen tiempo.
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